El equipo de docente de primero básico, encabezado por la líder instruccional Verónica Morales, innovó con la creación de videos para enseñar a leer a los pequeños estudiantes. La fórmula, que contempla la participación activa de niños, niñas y sus padres, ha conseguido generar experiencias significativas de aprendizaje, fortalecer el sentido de comunidad y estrechar el vínculo entre el profesor jefe y las familias.
La estrategia desarrollada por Verónica, junto a la profesora jefe y la educadora diferencial, consiste en el envío de un video grabado por las docentes, cuyas actividades son trabajadas por los niños. Entonces son ellos los que graban un video que envían a su profesora, facilitando la retroalimentación.
Las profesoras estructuraron los envíos de manera tal que cada una se enfoca en un aspecto específico: una en la lectura, otra en la escritura y la tercera en la presentación de la letra.
"Los niños reconocen cuando aparece su profesora y cuál es el foco de la clase, por lo tanto, ellos saben que van a recibir un video de esta profesora y que les va a pedir algo de vuelta; que ellos también tendrán que grabarse, mandar fotografías y luego que la profesora va a retroalimentar este trabajo. Es el círculo completo que hacemos con los niños. Trabajo profesor-alumno y la retroalimentación", cuenta Verónica.
Explica que en las clases remotas es importante considerar el vínculo con el estudiante y las situaciones particulares que vive cada uno. El contacto permanente de la profesora, el seguimiento y registro de las condiciones particulares de cada niño permiten conocer las dificultades que pueden presentar, adecuando las exigencias de tiempo para la devolución y entregando alternativas para alcanzar el logro del objetivo.
Agrega que lo principal para conseguir el trabajo remoto es que las experiencias sean significativas "o sea, si vamos a trabajar con la letra “S”, vamos a buscar qué objetos hay en la casa con la letra "S", vamos a recortar desde el diario, desde la revista y vamos a dibujar… qué palabras pudieron formar, qué integrante de su familia comienza con esa letra y esto todo nosotros lo podemos observar y mirar”.
Alta valoración de los padres
Lo más importante en este proceso ha sido establecer un vínculo afectivo con los niños y sus apoderados, contó la líder instruccional. "Afortunadamente nosotros tenemos una súper buena recepción por parte de nuestros papás, ellos nos están reportando siempre, nos están agradeciendo porque muchas veces ellos llegan del trabajo y esta cosa tediosa de sentarse a hacer tareas con los niños es más que nada una oportunidad de conversar, de buscar y de jugar y de poder salirse también de este trabajo diario, de esta rutina y poder participar en actividades lúdicas con sus niños, así que ha sido una retroalimentación, porque estamos en constante comunicación con ellos, súper positiva", valoró.
Aprendizajes para los profesores
Este nuevo desafío ha sido todo aprendizaje, nos aclara Verónica, como el currículo universitario no incluía la preparación para realizar clases remotas, han aprendido con el ejercicio de las actividades la importancia y necesidad de generar vínculos con los niños y sus familias, sin sentarse a esperar directrices ministeriales o fundacionales. "Enseñar a leer de manera remota es algo que en la universidad ninguna de nosotras nos planteamos", comentó.
"Cuando hay un vínculo uno hace las cosas porque siente cariño por el otro, porque nuestros niños en primero no están acostumbrados a la evaluación, por lo tanto, ellos no hacen sus actividades por sacarse un siete o por pasar de curso, ellos lo hacen porque quieren rendirle a su profesora, quieren estar en contacto con ellas y se muestra en las actividades que ellos hacen con nosotros. La voluntad, el cariño, la participación, el querer aprender, no por una evaluación", contó Verónica.
Este aprendizaje de los profesores también ha significado realizar un análisis de las prácticas que diariamente han tenido en el aula, que estaban enfocadas básicamente al lápiz y al papel. Por ello, esta búsqueda de estrategias se ha convertido en una oportunidad para: ampliar la mirada, utilizar todos los recursos que los niños puedan tener disponibles en casa, hacer una reunión de apoderados virtual, aprender a utilizar otras plataformas, poder interesarse en otros tipos de aprendizajes y trabajar para ponerse a la vanguardia y poder responder al momento que se está viviendo.
Cuenta que todo lo anterior, "sin perder el foco que son niños, que están en la casa, que la mayoría viven en contextos vulnerables, que están encerrados y que nuestra labor además de enseñar es tratar de ser su compañía y brindarles oportunidades para realizar actividades lúdicas y acordes a su edad", contextualizó.
"Esta enseñanza-aprendizaje de manera virtual, tiene todas las dificultades del mundo" y una de las mayores es conseguir que todos tengan acceso a estas clases, para lo que la profesora utiliza diferentes plataformas y tecnologías, como WhatsApp, correos electrónicos y la página del colegio, donde se sube el material que es compartido entre apoderados.
Todos estos esfuerzos permiten que el aprendizaje sea atingente y colaborativo, incluir a la familia en este proceso y que sepan y se sientan acompañados por las profesoras.