Verónica Edwards nota que en cinco meses los líderes de Belén Educa han tenido cambios. Buenos cambios. Edwards es coordinadora de Newfield Consulting para el programa Conferencia de Competencias Directivas Educacionales y es en las diferentes charlas y actividades donde ha podido palpar el antes y el después. “El cambio más notable es que todo el equipo directivo de Belén Educa, tanto a nivel central como en los doce colegios, tiene un lenguaje común, con distinciones ontológicas, que les permite algo bien profundo: pueden efectivamente crear juntos realidades que antes no podían”, explica.
El proyecto encabezado por Echeverría y su equipo de coaches ontológicos, fue dirigido a 64 líderes de equipos directivos de Belén Educa y las conferencias culminaron hoy en La Pintana. Fue un diplomado intenso, rico en adquisición de técnicas que tienen aplicación directa en las labores diarias de los colegios, y nació de la alianza entre el Instituto de Ontología del Lenguaje, a cargo de Rafael Echeverría, y la Fundación. El objetivo de mejorar la gestión directiva es impactar en el aula a los casi 14 mil estudiantes de Belén Educa y lograr un trabajo del más alto nivel profesional.
En el encuentro participaron las directoras y director de los establecimientos, coordinadoras de ciclos, coordinadores de formación, equipos directivos y líderes del Área Académica y de Formación. El trabajo se desarrolló en base a comunidades, cada una con un coach asignado, que desarrollaron laboratorios de tres jornadas. El que finalizó hoy fue el tercero del año. La idea es que lo aprendido sea transmitido en cascada a todos los equipos y áreas de la institución.
Paulina Cárdenas, directora del colegio San Damián de Molokai, de Cerro Navia, fue una de las participantes y dice que ya puede ver cambios en su equipo de trabajo. “El impacto en nuestro colegio está en el acompañamiento a nuestros docentes, en generar aún más espacios de escucha, y eso claramente impacta en la sala de clases. Como Fundación, especialmente los directivos, hemos valuado nuestra gestión de una manera más profunda. Ahora nos miramos más a nosotros y a nuestro liderazgo como posibilidad de poder transformarnos para transformar. El cambio ha sido sobre todo en las personas”, comenta.
Verónica Edwards profundiza en estos conceptos. Explica que “cuando todos comparten la distinción de de la escuela, de escuchar al otro y dejarse tocar por su palabra, entienden lo que están diciendo y cambia el tipo de conversaciones que tienen entre ellos. Con todas las competencias que este diplomado está entregando, está permitiendo que se relacionen mejor entre ellos, que conversen de manera mucho más efectiva y profesional, que puedan entenderse en una dimensión y en un nivel en que simplemente antes no podían. Ahora puede compartir esos mundos de acción”.
-¿Qué cambios concretos se pueden observar en los equipos directivos?
-Los equipos están conversando de manera diferente, mucho más efectiva y han sido capaces de coordinar acciones con mucha más impecabilidad. Eso ha significado, por ejemplo, que en un colegio donde el equipo directivo no era precisamente un equipo –porque había muchas problemáticas cruzándolo- ahora sí se consideran uno. Lo mismo a nivel central, han podido coordinarse mucho mejor.
-¿Cómo puede repercutir esto finalmente en los estudiantes, que son el foco de la educación?
-Todo esto redunda en organizaciones que conversan mejor, redunda en que las coordinadoras de los equipos directivos de los colegios, que tienen a cargo a sus profesores, pueden trabajar y relacionarse con ellos de manera diferente. Uno de los elementos más importantes que este enfoque puede aportar a la pedagogía es el tema de la indagación: cómo tener profesores que hacen que los niños indaguen, que les aclaren que no existe una respuesta única, que pueden ser varias respuestas y que pueden investigar. También el profesor puede escuchar de otra manera a sus alumnos, incluyendo la emocionalidad en el aprendizaje, viendo a cada uno con su propia problemática, y de ahí ordenar la enseñanza y el aprendizaje. Es muy importante incluir el fenómeno de la emocionalidad, en educación se habla de este fenómeno, pero no se ha llevado a tener prácticas que permitan mover la emocionalidad del alumno.
-Un ejemplo…
-Si estamos frente a una emoción resentida o negativa, es muy difícil que el niño, incluso el ser humano, pueda aprender en esas condiciones. El aprendizaje implica estar en una emocionalidad de ambición, de alegría, de ganas, de curiosidad.
Lo mismo ocurre entre los docentes y los coordinadores, pues continuamente están entrenándose para mejorar la entrega de educación.
Marianela Cisternas, directora de Comunicaciones de Belén Educa, dice que la evaluación de la alianza de coaching que se ha desarrollado durante todo el año es positiva y ha logrado avances concretos. “El impacto ha sido fuerte en los equipos directivos y además llegó en un momento en que en la institución estamos aplicando muchas herramientas del estilo de las escuelas Uncommon Schools de Estados Unidos, de Paul Bambrick y Doug Lemov. Lo que busca es potenciar el acompañamiento y lo que hemos visto es que se conjugan con todas las palancas de liderazgo, observación y feedback”, comenta.
En los talleres también expuso Alicia Pizarro, directora de la Escuela de Coaching Ontológico de Rafael Echeverría.