Se cumpliran dos semanas desde que nos hemos visto enfrentados a un inédito escenario: cumplir nuestra misión de entregar de educación de calidad a niños, niñas y jóvenes, estando ellos y gran parte de los colaboradores de Belén Educa, cada uno en su casa. Ni en nuestros peores sueños nos habríamos imaginado vivir una situación como la que estamos viviendo debido al Coronavirus. Si bien a través de los medios de comunicación vemos muchas malas noticias, en estas instancias también aparece lo mejor de cada ser humano.
Nos emociona ver la generosidad con que cada uno está aportando desde su propia realidad.
En primer lugar cuidando su propia salud para cuidar la de los demás, luego la gran disposición de nuestros equipos docentes para preparar los materiales pedagógicos que acompañarán el proceso de aprendizaje autónomo de los estudiantes, y la gran generosidad de muchos de nuestros asistentes de la educación, directivos y profesores que se han ofrecido voluntariamente para cubrir turnos rotatorios en los colegios, ayudando en la coordinación de la entrega de materiales, alimentación y vacunas.
Somos una comunidad que se mueve inspirada por la convicción de construir un país más justo y solidario que se asemeje al reino de Dios en la tierra. Por eso emociona la disposición que ha tenido cada uno para aportar con lo mejor que han podido para continuar cumpliendo nuestra misión.
Quiero hacer una mención especial a las manipuladoras de alimento que con una gran vocación han sido el soporte para la entrega de los alimentos a nuestros niños y familias.
Los tiempos seguirán complejos y dependerá de cada uno de nosotros aportar a la solución. Les pido que continuemos manteniendo la fe en que Dios nos protege, en la fuerza de nuestra comunidad y en el efecto real de las pequeñas acciones que cada uno puede hacer.
Les mando un abrazo “virtual” muy apretado, que nos conecte en espíritu en este momento en que tanto cariño necesitamos.
Que Dios y su Madre nos bendigan y nos cuiden.
Pedro Larrain A.
Director ejecutivo FBE.