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Continuidad de Estudios, un programa que acorta brechas

Sábado 02 de Mayo de 2020

 

Como área de la Fundación Belén Educa, Continuidad de Estudios trabaja con la convicción de que la educación es el camino para forjar un país más justo y solidario, donde todos tengan la posibilidad de desarrollar sus talentos, especialmente aquellos niños y niñas que pese a tener menos oportunidades tienen igual derecho a desplegarse en toda su plenitud. Para ello, esta área se encarga de promover el ingreso, la permanencia y la titulación de los alumnos egresados de IV medio de la Fundación en la educación superior.

"Nuestro quehacer es entregar un soporte a los colegios, un acompañamiento, para generar una cultura escolar de altas expectativas en nuestros niños, niñas y jóvenes que les permita visualizar un futuro con las mismas oportunidades que cualquier estudiante de Chile", señaló Pilar.

Durante el 2020, "queremos que este proceso de continuidad de estudios se instale como cultura, desde pre kínder a IV medio", cuenta Pilar Arellano. En años anteriores el trabajo del área se enfocaba al tercer ciclo, puntualmente a III y IV medio, hoy se está trabajando para instalarlo como un itinerario continuo que abarque todos los niveles.

Para conseguir esto, se trabaja en dos líneas:
La primera es la intervención en los colegios, apoyando la orientación vocacional del estudiante, en coordinación con las distintas áreas que se busca potenciar. Para ello, es fundamental el acompañamiento a los docentes, al profesor jefe. Además, en todo este proceso se aplican test, salidas pedagógicas y se generan vínculos con las instituciones de educación superior a través de programas que permiten contactar a los estudiantes con este nuevo mundo.

En este punto, Continuidad de Estudios trabaja estrechamente unida al área de Relaciones Institucionales, brindando oportunidades para que el estudiante pueda ingresar a la educación superior. Por ejemplo, becas de preuniversitarios, charlas magistrales, tutorías empresariales y becas de educación superior patrocinadas por empresas, que se complementan con la línea de apoyo y orientación vocacional.

La segunda línea de acción es el acompañamiento a alumnos que ingresan a la educación superior, con especial énfasis en el primer año, debido a que la tasa de deserción estudiantil alcanza al 30% a nivel nacional, aunque hay casos en los que este acompañamiento se extiende hasta la titulación del alumno.

Este programa permite identificar dificultades y brechas que presentan los estudiantes egresados de colegios Belén Educa al ingresar a educación superior y, de esta forma, retroalimentar a los establecimientos de la red para trabajar estos aspectos y conseguir que este periodo de transición y adaptación, sea positivo.
Aunque el área se encuentra trabajando enfocada en que este acompañamiento sea un itinerario continuo durante toda la vida escolar, hoy aún se centra en los cursos superiores, principalmente en III medio, momento clave para la elección de carrera.

Además del alumno, se realiza un acompañamiento al profesor y al encargado de continuidad de estudios, trabajando temas como orientación vocacional e instrumentos para acceder a beneficios estudiantiles y becas de financiamiento de la educación superior (FUAS).

Pero este proceso no termina en IV medio con el egreso del alumno del colegio. El profesor lo sigue acompañando en la postulación y fuertemente durante el primer año de educación superior. "Un chiquillo sale del colegio y tiene que conocer cómo es el proceso de matrículas, si se quiere retractar, si finalmente se matriculó en una institución, le salió el beneficio y quiere desertar. Hay todo un acompañamiento, para que haga la deserción y no pierda el beneficio", explicó Pilar Arellano.

Focos esenciales del acompañamiento
Los aspectos claves que se consideran durante el acompañamiento de un alumno son la etapa del ciclo vital que está atravesando; el contexto coyuntural; las dificultades que pueden presentar debido a su condición de vulnerabilidad (académicas, familiares, de contexto, intrapersonales y socioemocionales y también de adaptación e integración).

El conocer estos aspectos permite mejorar este proceso de acompañamiento. "Por ejemplo, cómo podría afectar a un estudiante que venga desde el colegio con brechas académicas, que no sepa tomar apuntes, que no tenga hábitos de estudio, que le falten habilidades de metacognición, que no sepa reconocer su estilo de aprendizaje. Nosotros tenemos que acompañar entregando esa habilidad al estudiante, enseñándole cómo administrar eficientemente su tiempo, enseñando cómo tener hábitos de estudio", relató.

Además, se debe considerar que "son jóvenes que están en cuestionamiento  del quién soy en este nuevo espacio, cómo es transitar de un rol a otro", agrega. Muchas veces a lo anterior se suma una sensación de incompetencia y tienen que lidiar con la frustración, con dudas vocacionales,  por lo que el trabajo de acompañamiento los ayuda a reflexionar sobre estos aspectos que les afectan y qué consecuencias pueden acarrear en su desempeño académico, motivación o, incluso, si finalmente puede llevarlos a desertar del sistema. 

Durante este proceso, alumnos y acompañantes también deben lidiar con otros aspectos como el familiar (con familias que se sobre involucran y con otras que muestran desinterés o desconocimiento); otros de contexto (la distancia a la que viven del centro de estudios); con factores económicos (necesidad trabajar para cubrir sus gastos), entre otros.

En el fondo, como nos explica Pilar Arellano, "acompañamos reconociendo todos estos focos y ayudamos a reflexionar cómo superarlos para que puedan seguir estudiando".

Belén Educa entrega dos tipos de apoyo en este proceso. Primero, todas las oportunidades que se ponen a disposición de los alumnos para que puedan ingresar a la educación superior y, luego, aquellos soportes para que logren permanecer y titularse, lo que permitirá, entre otras cosas, la movilidad social del estudiante. "Yo creo que uno de los derechos fundamentales es la educación y es la que abre más puertas para la movilidad social, sobre todo de estudiantes que están en contextos más desfavorecidos, más vulnerables. El acompañamiento es fundamental para que un estudiante no deserte, se mantenga y pueda egresar y conseguir una movilidad social que es muy necesaria", comentó Pilar.

Rol clave del docente 
En este acompañamiento el rol del docente es fundamental. La continuidad de estudios debe trabajarse con los estudiantes desde pequeños, en el sentido de que todo lo que aprenden les servirá en el futuro. Esa es, precisamente, la mirada y el mensaje que aporta un docente.

Para muchos estudiantes el docente es su referente, su palabra tiene el valor de una ley, por lo que es clave que esté preparado para realizar este acompañamiento, para ayudarlo a discernir, para participar de su orientación vocacional. En muchas ocasiones su principal aporte es darle la confianza necesaria para que el alumno crea en sí mismo. "Yo me saco el sombrero por los docentes que tenemos porque en todo momento siguen acompañando a sus alumnos, en especial en su primer y segundo año en la universidad".  

La generación del triple impacto
No se puede olvidar que los jóvenes se encuentran en una etapa clave de su ciclo vital, están vivenciando cambios profundos en su imagen, lidian con temas de autoestima, inseguridades y frustraciones y, a todo lo anterior, se suma que se encuentran en pleno desarrollo de su autonomía, entre muchos otros procesos socio emocionales e interpersonales.

Pese a las complejidades que enfrentan en esta etapa de la vida, lo hacen en un contexto escolar protegido, que es el que les entrega Belén Educa. Pasar de este ambiente protegido y regulado a otro menos normado, exige por parte de los jóvenes una gran capacidad de integración y adaptación al “nuevo mundo”, proceso en el que son acompañados.

En relación con las condiciones extraordinarias que ha vivido la generación que este año ingresó a estudios superiores, hay muchos estudios que la señalan como "la generación del triple impacto", porque no sólo ha sido afectada por la actual crisis sanitaria, sino que a ello se debe sumar el estallido social de octubre de 2019 y las protestas durante la rendición de la PSU que alteraron este proceso de admisión y lo volvieron más complejo e incierto. Esto hace que sea una generación marcada por estas coyunturas pero que, además,  ingresa al mundo de la educación superior con sus propias dificultades. Sobre este aspecto Pilar Arellano contó: "Trabajamos con un grupo que tiene un índice de vulnerabilidad alto, por lo tanto, tienen dificultades de acceso a internet, de computador, de acceso a ciertas plataformas. Los espacios donde viven son pequeños por tanto llevar este distanciamiento social es mucho más complejo. Realizar una rutina de estudios también es difícil. Algunos estudiantes no cuentan con lugares de estudio y hace más arduas las horas que deben dedicarle". 

A lo anterior se agrega que muchos de los estudiantes de esta generación de egresados de los colegios Belén no alcanzaron a ingresar a la educación superior de manera presencial, por tanto su primera experiencia ha sido de manera virtual. "Pero pese a que nosotros como adultos tenemos una visión más negativa de esta especie de tormenta, los becados han podido ir adaptándose, lo que demuestra que es una generación muy resiliente", afirmó Pilar Arellano.





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