Cuando pase la pandemia, querido Jesús, porque pasará, todo va a ir bien:
Ya nada será igual. Cada mano será más generosa, cada abrazo más fuerte, cada gesto más sentido, cada cariño más valorado, cada palabra, más significativa.
Todo tendrá otro sentido en ti, Señor. Todo va a ir bien.
Todo encuentro será más hermoso, volver a vernos será una fiesta, reencontrarnos, persona a persona, será el mejor de los regalos.
Comprenderemos, de verdad, que lo importante no tiene precio. Que el amor que Tú nos enseñaste, Jesús, no se deja para mañana. Todo va a ir bien.
Porque cada amanecer será un milagro de amor. La vida que nos das gratuitamente la veremos como otro regalo, un enorme bien para compartir con otros.
Seremos más fraternos, más cercanos unos con otros, más comprensivos, menos enjuiciadores, más justos, más humanos.
Estamos ciertos que con tu mano que sana, se curarán nuestras heridas de todo lo vivido y lo triste quedará en el olvido. Todo va a ir bien.
Más fuertes vamos a brillar, más alto vamos a volar, más libres vamos a soñar.
Vamos a entender, que algunas historias terminan, para que otras mejores puedan empezar, porque no estamos solos. Jesús está con nosotros, no solo en los momentos fáciles y serenos, sino que Él nos prometió permanecer con nosotros hasta el fin de los tiempos. Y todo va a ir bien.
Amén