Desde realidades diferentes, pero en muchos aspectos convergentes y complementarios, las directoras de los colegios San Damián y Cardenal Juan Francisco Fresno, Paulina Cárdenas y Eloisa Espinoza, cuentan parte de la realidad que viven sus comunidades y cómo los equipos de los colegios han desplegado su compromiso para enfrentar la contingencia.
Familias en incertidumbre
Eloisa Espinoza cuenta que la generalizada situación de informalidad laboral o la creciente incertidumbre en que se encuentran aquellos que tienen un trabajo formal, ha provocado que se agudice el estado de emergencia e inestabilidad en que viven las familias.
“El no tener un proveedor genera cosas tan graves como no tener la certidumbre de si se podrá comer”, añadió. Esto ha provocado que ya se reporte que algunos alumnos de niveles superiores estén saliendo a trabajar o a buscar una oportunidad laboral que les permita apoyar a sus familias. Esto ha impactado y modificado sus horarios de estudio, llevando a que “los profesores tengan que atenderlos ya de noche”, contó la directora del Fresno.
Otra tensión que se está sumando a este escenario es que la pandemia se acerca a los núcleos familiares. “Cuando partió era algo lejano, pero ahora está en los sectores más vulnerables. Ya tienen al entorno viviendo esta realidad, lo que provoca más temor en las familias. Hoy en nuestras comunidades educativas, de una u otra forma, tenemos gente que está enferma o que está enfrentando el virus, entonces, en este sentido, se complejiza mucho más el escenario. Ya estamos conviviendo con la emergencia sanitaria”, contó Eloisa.
Esto supone mayor estrés, se agudiza la incertidumbre y la convivencia dentro de la familia se resiente por los días de confinamiento debido a la cuarentena. La respuesta de los jóvenes y sus familias a este escenario va a depender de sus recursos socioemocionales.
Sin embargo Eloisa, conocedora de su comunidad, dice con esperanza que los alumnos y las familias tienen una gran capacidad de resiliencia. “Los niños son fuertes y eso les da las condiciones para hacer de este tiempo difícil, un tiempo de crecimiento y oportunidades”, valoró.
Apoyo a los estudiantes
En este sentido, la directora del colegio San Damián plantea que, aunque las familias se encuentran bien, ellas recién están visualizando la necesidad de organizarse para, primero, superar los problemas propios de la crisis y también para cumplir con las tareas que demanda la continuación de estudios en casa.
“Creo que es un desafío trabajar en conjunto con la familia la empatía en el hogar en este tiempo de cuarentena. Trabajar colaborativamente para que puedan escucharse unos a otros y apoyar a los alumnos en esta tarea, para lograr el cumplimiento académico o dando un espacio emocional para escucharlos y saber cómo están”, explicó.
Dentro de la diversidad de escenarios que enfrentan las familias, en algunas de ellas los padres teletrabajan, en otras se está presentando el problema de la cesantía y también hay aquellas en que quienes llevan el sustento a sus hogares deben salir todo el día de casa, dejando en algunos casos a los niños solos.
En relación con lo pedagógico, comentó que a las brechas tecnológicas se suman otras que dificultan el trabajo de los alumnos. Una de las principales que han descrito sus profesores es la organización de los tiempos en casa debido, en gran medida, a la falta de hábitos de estudio. Para salvar esta traba, los profesores jefes han ayudado, especialmente a los más pequeños, a establecer horarios y sistemas para cumplir con sus tareas.
Otra dificultad detectada que afecta mayormente a los alumnos de cursos superiores es la falta de autonomía para realizar sus trabajos. Este es un desafío importante, que requiere que tanto padres como estudiantes reconozcan que el trabajo en red, en forma online y remota, exige organizarse y establecer horarios para poder cumplir con sus labores escolares.
Paulina Cárdenas agregó que perciben que en los niños “hay primero ansiedad; si cumplen bien sus tareas o no, que necesitan una retroalimentación constante, si están haciendo bien las cosas o no”, pero también presentan dificultades en relación con las instrucciones. Para subsanar este déficit, los profesores han buscado estrategias y caminos para lograr su comprensión.
Otro aspecto destacado por ambas directoras, es que los estudiantes experimentan problemas emocionales derivados de esta crisis sanitaria, al tener que hacerse cargo de cuidar a sus hermanos o al compartir la preocupación por los ingresos familiares. Por ello, los colegios han asumido la tarea de apoyarlos en estos momentos nuevos y difíciles. “Estamos apoyando desde Convivencia Escolar, llamando a los alumnos, sabiendo qué pasa con ellos y cumpliendo en lo posible para poder contenerlos frente a esa situación. Nos sentimos responsables de entregarles ese apoyo emocional frente a lo que están viviendo, ya que si ellos están bien, pueden cumplir con lo pedagógico”, valoró Paulina.
Eloísa Espinoza también se refirió al apoyo dado en este aspecto a los estudiantes. Así, se han organizado para que cada docente pueda hablar con 20 alumnos y hacer un seguimiento de su situación. En estas llamadas los profesores se han encontrado con niños que están muy motivados y familias muy preocupadas de estar ayudando a los estudiantes, mientras que también hay otro escenario en el que las dificultades familiares son mayores y a los alumnos les cuesta mantener el ambiente propicio para el estudio.
El trabajo docente
En el caso del colegio San Damián de Molokai, enfrentados al escenario de clases remotas, los profesores han debido adecuar sus planificaciones, cambiar su metodología, diversificar las unidades, adaptar los tipos de evaluaciones y también los formatos de trabajo al uso más intensivo de guías, proyectos y videos.
Paulina Cárdenas cuenta que para poder llegar a todos los alumnos han utilizado diferentes alternativas que ofrecen las redes sociales como Facebook, WhatsAPP, YouTube, mientras algunos profesores utilizan llamadas y otros emplean Classroom. “Yo creo que eso ha sido uno de los desafíos más importantes porque, pese a que contamos con profesores jóvenes que en su mayoría manejan las redes sociales, el uso de estos conductos encierra dificultades. El cómo hacer comprender a un alumno es muy distinto presencialmente que online. Es un desafío importante. Hemos tenido que adecuarnos a las necesidades de los alumnos y a bajar los contenidos que no son esenciales para que, lo que vayan logrando, permita que cuando volvamos hagamos una nivelación y podamos seguir avanzando”, explicó.
Eloisa Espinoza agregó que “toda esta emergencia nos ha llevado a reestructurar nuestro plan de educación remota”. Antes de iniciar el periodo de vacaciones, el mayor esfuerzo estuvo enfocado en poner en marcha la educación a distancia y asegurar que todos los estudiantes contasen con su material escolar, alimentación Junaeb y la inmunización de la influenza. Además, con los profesores jefes se trabajó fuertemente una rutina del hogar que permitió continuar con el proceso educativo a distancia.
Hoy, si bien se mantiene la atención en la educación a distancia, se suma a este eje conocer el bienestar de los estudiantes. Por ello, a nivel docente, si bien mantienen las actividades académicas, se han diseñado estrategias y acciones para el cuidado socioemocional de la comunidad escolar. “Lo primero que hemos hecho es tomar contacto con la espiritualidad, darnos nuestros espacios de oración, de reflexión y acciones de autocuidado. Hemos promovido el contacto a través de redes sociales, hacer alguna manualidad, rutinas de ejercicio, cuidar el descanso y pensar en un pasatiempo nuevo”, detalló.
Mensaje a los profesores
Paulina Cárdenas destaca que tiene una “profunda gratitud hacia todos los profesores por su entrega constante, incluso excediendo su tiempo de trabajo. Por su compromiso, por su dedicación, porque están trabajando, monitoreando, retroalimentando, adecuando. También hay un gran compromiso de los profesores jefes que se contactan con las familias, de Convivencia Escolar que los está apoyando a ellos y a aquellos alumnos que están más descendidos o no entregan los trabajos y no sabemos lo que les pasa”, valoró.
Cuenta que para profundizar el vínculo con los estudiantes, han cambiado la forma de comunicarse y las subdirectoras, Convivencia Escolar y los profesores, les han enviado mensajes de ánimo y esperanza: “Nos vamos a volver a encontrar, vamos a estar juntos y vamos a poder compartir con nuestros alumnos, no abrazándolos, pero mirándolos cara a cara, porque todos nos extrañamos”
Eloisa Espinoza valoró que hoy los profesores son quienes están en primera línea y que, con su pasión, compromiso y amor a los estudiantes, “están haciendo que lo imposible sea posible”, están llegando a sus alumnos con una palabra de ánimo, de ternura, con una apertura a la escucha. “En la vida todo pasa, por muy mal que se vea la situación. Amparada en esta esperanza los insto mantenerse de pie frente a las dificultades, a seguir siendo un puente para que nuestras familias puedan sentirse acompañadas en esta difícil situación. Son ellos los que mantienen una luz de esperanza”, dijo y agregó que “hay que tener en cuenta que todo lo que estamos viviendo nos está sirviendo para desplegar competencias, recursos emocionales que pensábamos que no teníamos. Y esto nos posibilita a mantener nuestra misión: seguir educando”.