Iniciamos el mes de abril y con ello, recogemos aprendizajes de este comienzo de año escolar incierto que el contexto de pandemia ha generado. Se nos ha desafiado a nuevas maneras de comprender y fomentar el proceso de aprendizaje de los niños, niñas y adolescentes que forman parte de nuestras comunidades educativas, desafío que ha puesto en evidencia cómo la centralidad en los estudiantes es un norte claro y movilizador para todos quienes trabajamos en Belén Educa.
Quiero destacar dos ejes claves que surgen en este aprendizaje de situar al centro a nuestros estudiantes en un escenario de aprendizaje a distancia.
Lo primero es reconocer la oportunidad que nos ha entregado el contexto para asimilar con mayor fuerza, incluso de golpe, la relevancia del desarrollo integral de los estudiantes, entendiendo con ello lo esencial de otorgar valor a diversas habilidades y actitudes. Surge con mayor fuerza el interés por actividades de expresión musical, artística, corporal y de desarrollo personal. Descubrimos cómo la autonomía es una habilidad central para que ellos sean protagonistas de su aprendizaje. Valoramos la creatividad y la curiosidad como virtudes que enriquecen las actividades remotas que los alumnos pueden desarrollar en sus hogares; y buscamos estrategias para influir a la distancia, en la motivación que tiene cada uno de ellos por aprender.
Entonces, en este escenario complejo, reconocemos como el aprendizaje se enriquece en la diversificación de oportunidades de desarrollo para los estudiantes, no solo centrado en el conocimiento sino en gran parte, en sus habilidades y actitudes, y en el fomento de la autonomía, la creatividad y la curiosidad.
Acompañar a los estudiantes en este contexto complejo, nos ha dejado otro aprendizaje, vinculado especialmente a quienes lideran las comunidades educativas. No es posible situar en el centro de Belén Educa a niños, niñas y adolescentes, olvidando a los adultos que están tras esa tarea. El cuidado de los equipos, la organización de horarios, la generación de orientaciones, el mantenimiento de canales de comunicación claros, la escucha, contención y resguardos para desarrollar un trabajo remoto, seguirán siendo condiciones necesarias para continuar pensando en los estudiantes.
Como líderes Belén es fundamental, especialmente en este contexto, actuar en consecuencia con el sentido de comunidad, el cuidado mutuo, y la preocupación por el otro, que contribuirán sin duda, a disponer las mejores oportunidades para los estudiantes.