Una vez desatada la contingencia por el Covid-19 Leonel Delgado, director del colegio Padre Damián, ubicado en La Unión, cuenta que lo primero que hicieron fue mirar a los alumnos, sus familias y reflexionar como docentes, respecto del desafío de conseguir aprendizajes en los estudiantes, sin tener clases presenciales y sorteando diversas barreras derivadas de la realidad socioeconómica de las familias.
“Todos sabemos que nuestros colegios son de alta vulnerabilidad, muy alta vulnerabilidad, por lo tanto la primera pregunta que nos hacíamos era cómo van a trabajar los alumnos en casa, ya que los papás no pueden ayudarlos, muchos trabajan. Otros están al cuidado de abuelitos. A otros simplemente no los pueden acompañar, porque hay un tema que es la alimentación y llevar comida a la casa. Entonces sentimos nosotros que no los podíamos invadir con tantos contenidos y tanta materia. Por ello nos hemos enfocado en Lenguaje, Matemática, Ciencias e Historia”, explica,
“Sabemos que para algunos de nuestros apoderados la educación no es el primer norte, sin embargo igual han demostrado interés, preocupación para que sus niños vayan aprendiendo lo que hay que aprender, según los niveles de cada curso. Han respetado las normas que hemos impuesto porque siguen viniendo todos los días”, dijo aludiendo al recurrente retiro de material pedagógico que hacen los apoderados.
Otra barrera importante de este contexto ha sido la brecha tecnológica. El colegio realizó un catastro para conocer las herramientas digitales con que contaban los estudiantes y descubrieron que más del 35% de los hogares no tiene algún equipo informático ni conexión a internet. La mayoría tiene teléfonos celulares con algún plan de internet.
“Son muchos los aprendizajes que tenemos para este tiempo que se viene. Primero es cómo implementamos tecnología o cómo llevamos la tecnología a las casas de nuestros alumnos. Pensar en ellos. Todo esto produce un antes y un después en la educación. Este trabajo virtual u online va a tener que ser parte de la vida, en este futuro inmediato, por lo tanto tenemos muchos desafíos pensando en ello”, reflexionó.
El colegio Padre Damián, enclavado en una ciudad pequeña, destaca por su trabajo cercano a la comunidad, un desempeño prácticamente personalizado con sus familias y altos resultados.
“Siento que están ansiosos, muy preocupados. Este bagaje de información que se ha recibido con este Covid-19, la verdad que ha sido difícil y para todos es algo nuevo. Algo que no esperábamos, que no estaba preparado el país, no están preparadas las instituciones, entonces en La Unión es como raro ver filas de gente que se ven a los supermercados, en los negocios, otros cerrados. Atendiendo de dos por personas, entonces es difícil para ellos, es difícil para la autoridades”, comentó.
En este sentido, como en la mayoría de los colegios de Belén Educa la misión impulsa a que el trabajo no sea solo pedagógico, sino que aborden un carácter fuertemente social.
“Sin duda es un problema social grande, donde tenemos que aprender muchas cosas, sobretodo aprender a ser solidarios, a cuidarnos, a respetarnos y no sólo pensar en el individualismo, sino que pensar en el global, en las personas, en la comunidad, en la sociedad”, dijo.