Un patio lleno de estudiantes en horario de recreo es sinónimo de alegría, relajo, juego y distensión. Sin embargo, en ciertas oportunidades también puede ser escenario de desregulación que puede generar conflictos. Esta realidad fue monitoreada, entre otros, por una dupla de colaboradoras del colegio Caro, formada por Hellen Roa y Constanza Villegas, psicóloga y educadora diferencial, respectivamente, quienes buscando estrategias para descomprimir ciertas tensiones a través de actividades atractivas y que a la vez generasen vínculos comunitarios, llegaron a imaginar, diseñar y concretar el proyecto de dotar a su colegio de una radio escolar y comunitaria.
La emisora, hecha para y por los estudiantes, ofreció un proyecto común a los alumnos los que desviaron sus energías hacia la “Buena Onda” que pasó a tomarse los horarios de recreo. Hoy, en esta nueva modalidad impuesta por la pandemia, la radio se negó a ser silenciada por la distancia que separa a los miembros de la comunidad escolar y, por el contrario, se convirtió en un puente para mantenerlos conectados y juntos.
La idea de la radio nace el año 2019 cuando, como colegio, el Cardenal Caro enfrentaba una problemática particular: durante el recreo más largo, correspondiente a la hora de almuerzo, se presentaban ciertos problemas conductuales. Algunos estudiantes tendían a desregularse y a no controlar sus emociones y, en consecuencia, Convivencia Escolar terminaba copada de alumnos derivados a causa de su comportamiento. “Inclusive hubo un momento en que se nos solicitó a todos apoyar en el monitoreo de este recreo en particular”, señaló Hellen, recordando que, fue precisamente en medio de este monitoreo que con su colega Constanza evocaron sus años escolares y las radios que existían en sus colegios las que, además de ser espacios de expresión y comunicación, descomprimían el ambiente y mejoraban la convivencia actuando de manera preventiva.
El siguiente paso fue imaginarse una radio que cumpliera este rol en el colegio Caro. “Cuando la idea se encontraba instalada concluimos que lo apropiado sería invitar a participar de manera activa a los niños que presentaban mayores problemas para controlar sus impulsos y emociones, para sacarlos un poco de su foco. Además, vimos en la radio una instancia para contribuir en los procesos socioemocionales de los chicos, utilizando las interacciones que se generan en torno a ella como una herramienta para profundizar en los contenidos curriculares de una manera lúdica, de forma tal que los niños fueran agentes activos en sus procesos de aprendizaje, fortalecer su desarrollo del lenguaje y fomentar el pensamiento crítico y reflexivo de ellos con relación a su entorno”, explicó la psicóloga.
El primero fue la organización, relató Hellen. Si bien la adherencia de los estudiantes al proyecto fue altísima y entusiasta su participación, esta buena noticia en sí misma revestía un problema: “Se generaba cierto desorden y los niños se hiperventilaban un poco debido a sus ansias de participar”. Esto requería de mucha organización y en la medida que se avanzaba en esta línea, los alumnos fueron aprendiendo y adaptándose a este orden necesario. Como todo proceso, este cambio no fue inmediato, pero sí sostenido y positivo.
Otro reto fue abordar las limitaciones técnicas “al inicio todo era bastante artesanal ya que solo contábamos con una sala y no sabíamos manejar bien los mezcladores y los sistemas de amplificación. De hecho, como anécdota, a veces decíamos ¡aquí viene la radio! Y un niño corría con un pendrive al piso de abajo a instalarlo en el parlante”, evocó.
Para la psicóloga los principales aprendizajes han sido confirmar que las expectativas iniciales que junto a su compañera las motivaron y fueron convenciendo de embarcarse en esta tarea se cumplieron. “Creíamos que la participación de los chicos con más inconvenientes para controlar sus emociones en función de un propósito en común podía ser más eficiente que una acción punitiva hacia ellos, y que, además, la radio era una buena instancia lúdica para que trabajaran tanto habilidades blandas como contenidos pertenecientes a las bases curriculares”.
De hecho, al participar en la radio, los estudiantes potenciaron enormemente su autoestima y confianza al probarse capaces de apropiarse de un espacio para crear. “Al participar en la iniciativa los chicos deben aprender a respetar turnos de habla, trabajar en equipo, capacidad de organización, pero además les despierta la curiosidad, desarrolla el lenguaje y fomenta el pensamiento crítico y adquieren habilidades fundamentales para la vida en comunidad y, todo esto, a través de algo que para ellos aparenta ser un juego, lo cual lo hace ideal”, sostuvo.
Pero no solo eso, el trabajo en la radio promovió que niños que normalmente no se relacionaban entre ellos, se conocieran y formaran nuevas amistades, robusteciendo aún más el concepto de comunidad.
Hellen señala que para el éxito de esta tarea lo primordial es “una buena organización con el grupo de trabajo, disfrutar del proceso, hacer partícipes a los estudiantes y, sobre todo, realizar el proyecto con mucho amor y dedicación”.
Contó que, frente a dificultades y retrocesos, la paciencia, perseverancia y confianza en el equipo de trabajo y los frutos de este son primordiales.
En cuanto a los pasos a seguir, recomendó:
“Solo hay que darse el tiempo y dedicarse a buscar con ahínco y ocupar al máximo la imaginación. La verdad es que la realización de un programa de este tipo al resumirlo en palabras es un trabajo bastante arduo, pero les aseguro que, cuando se ve el cariño de los niños y el amor que le tienen al espacio, uno siente que el trabajo ha valido la pena”, valoró Hellen Roa.
El aporte de la radio en estos días de separación física de estudiantes y comunidades, incertidumbre y dificultades ha sido concreto al mantener y fortalecer vínculos. “En el colegio los niños siempre esperaban la radio, y aunque pensábamos que el trabajo a distancia no funcionaría de igual manera, no fue así. Por el contrario, los chicos nos han contactado bastante e inclusive nos han solicitado ser parte de la locución.
La comunidad igualmente ha ayudado, los profesores nos han mandado cuentos y nos ayudan con la sección de humor. Yo creo que ha ayudado el hecho de que siempre potenciamos que la radio era algo de la comunidad y que la radio finalmente la hacemos todos”.