Dediquemos un momento del día para tener un espacio de encuentro con Cristo, poniéndonos en presencia del Señor. Ofrecemos este poema que nos recuerda que a través del amor al prójimo y a Dios, nos mantendremos fortalecidos en medio de toda esta pandemia.

¡Enamórate!
Nada puede importar más que encontrar a Dios.
Es decir, enamorarse de Él
de una manera definitiva y absoluta.
Aquello de lo que te enamoras atrapa tu imaginación,
y acaba por ir dejando su huella en todo.
Será lo que decida qué es
lo que te saca de la cama en la mañana,
qué haces con tus atardeceres,
en qué empleas tus fines de semana,
lo que lees, lo que conoces,
lo que rompe tu corazón,
y lo que te sobrecoge de alegría y gratitud.
¡Enamórate! ¡Permanece en el amor!
Todo será de otra manera. 
Amén.