En las agendas de los docentes del colegio Cardenal Juan Francisco Fresno, antes y después de la pandemia, el martes a las 16:00 horas sigue marcando: Consejo de Profesores. La gran diferencia es que ahora son virtuales.
Alejanda Danús, subdirectora del colegio cuenta que si bien no son las mismas condiciones y que por ello no se puede conservar la misma estructura, el valor de realizar esta actividad intentando mantener el día y horario habitual, aporta elementos que son cruciales para sentirse una comunidad y alivianar la carga mental derivada del confinamiento.
“Para nosotros es importante mantener los vínculos y las relaciones de colaboración que se dan en el ciclo y en el colegio; es por ello que pensamos que mantener el Consejo de Profesores es una oportunidad única para vernos, saludarnos, rezar, contarnos cómo estamos, qué necesitamos y cómo nos organizamos para seguir cumpliendo con nuestra misión y entregar educación de calidad para nuestros niños y niñas”, explicó Alejandra.
Particularidades de los consejos online
Los consejos tienen una estructura definida. Los profesores se conectan y a ello siguen los saludos y un espacio para compartir cómo se encuentran, luego, con todos unidos a la sesión, se apagan los micrófonos y se mantienen las cámaras encendidas para centrar la atención en quien habla, detalló.
“Seguimos con la oración, liderada por la Encargada de Formación y pastoral. Esta parte del Consejo de Profesores es fundamental, porque ponemos todas nuestras intenciones, que en este tiempo son muchas, tanto a nivel personal como las necesidades de nuestras familias, que lamentablemente se han multiplicado”, comentó.
A lo anterior, le sigue el tratamiento de temas de organización y análisis de datos respecto a la situación socioemocional y académica de los estudiantes, “para finalizar organizando el mensaje motivacional semanal para nuestras familias y apoyo social para ellos. Muchas veces nos falta tiempo, pero nunca el equipo ha tenido inconvenientes en extendernos hasta terminar”, contó destacando el sentido de comunidad y compromiso del equipo.
Sin embargo, este trabajo remoto también trae aparejada una fuerte carga emocional ya que “estamos en una situación de emergencia, y nuestras familias se ven seriamente dañadas, aumentando las situaciones de vulneración de derechos, de cesantía, de desesperanza... de no tener satisfechas las necesidades básicas, de no tener acceso a internet, y tantas otras cosas que finalmente son barreras tremendas para nuestros niños”, describió.
Comentó que educar en este escenario adverso para los estudiantes y sus familias, evaluando permanentemente cuánto es factible exigir académicamente, se vuelve una labor compleja y desafiante. “Pero somos persistentes y creativos en nuestra tarea de educar, y todas las semanas investigamos e implementamos pequeñas modificaciones que acerquen más a nuestras familias y le den esperanza”, valoró Alejandra.
Este rasgo les ha permitido equilibrar las asignaturas como Matemática, Lenguaje, Historia, Ciencias e inglés y las asignaturas transversales como Música, Educación Física, Arte y Religión que flexibilizan su currículum para fortalecer las necesidades socioemocionales de los estudiantes y sus familias. “Con esto hemos logrado aumentar la cantidad de familias que participan, enviando sus videos y trabajos, lo que nos da esperanzas de mejorar de algún modo la calidad de vida al mismo tiempo que mejoramos los porcentajes de respuesta académica”, comentó.
Aprendizajes
Alejandra destaca que, pese a lo impredecible y hostil del escenario, también ha traído grandes aprendizajes para los equipos. Destacó entre ellos el crecimiento de los docentes que se han desplegado en sus habilidades de adaptación y flexibilidad.
Así, del estrés inicial, profesores y equipo directivo pasaron a elaborar estrategias y maneras para gestionar a distancia, logrando conciliar la vida familiar y laboral “sin dejar de ser una respuesta educativa de calidad pese a la distancia y a lo desconocido de este trabajo remoto” afirmó.
Otro aspecto que destacó Alejandra Danús fue el factor humano “los vínculos y el factor humano, la capacidad de escucha y la empatía. Todas habilidades transversales que sin duda nos harán mejores personas y profesionales en este escenario y de vuelta en las aulas”.