Preguntarse dónde está Dios parece ser una inquietud reiterativa, especialmente en momentos adversos y de profundo cuestionamiento. Para reflexionar sobre ello, la comunidad de colaboradores de Belén Educa recibió el acompañamiento del sacerdote jesuita, Felipe Berríos, quien invitado por el área de Formación de la Fundación, conversó en una de las actividades dirigidas a los colaboradores para celebrar el mes de la Solidaridad.
Felipe Berríos, quien ha sido impulsor de grandes iniciativas dirigidas a mejorar la vida y oportunidades de los más pobres y olvidados de nuestra sociedad, es un testimonio de esta opción preferencial por aquellos que más lo necesitan a la que nos exhorta en Evangelio. Desde obras como Infocap, Techo, misionando en África o desde el campamento Luz Divina de La Chimba, en Antofagasta, donde ha elegido ser uno más y vivir entre los más pobres, ha movilizado siempre iniciativas dirigidas a entregar educación, como herramienta clave para prepararse y cambiar vidas y a la humanidad.
Desde esa mirada que valora a la educación como la vía para permitir soñar y cambiar el mundo, compartió con los colaboradores de Belén sus pensamientos sobre nuestra fe en estos tiempos de adversidad.
Luego de la bienvenida dada por Fernando García, miembros del área y del director ejecutivo, Pedro Larraín. Este último agradeció este espacio tan necesario especialmente hoy, cuando las exigencias del contexto y nuestros trabajos nos han llevado a responder a desafíos y realizar tareas a un ritmo vertiginoso que limitan nuestros tiempos de reflexión, es tan necesaria en nuestras comunidades laborales y en nuestras familias.
Haciendo referencia a la frase "Si Dios existe... tendrá que rogar mi perdón", inscripción encontrada en un muro en Auschwitz, el sacerdote jesuita comenzó su intervención señalando las veces habremos pensado o repetido frases similares en momentos de mucho cuestionamiento. Sin embargo, comentó que estos cuestionamientos responden a una fe que cree en un Dios que premia o castiga, una fe que no ha madurado. Agregó que el proceso de la fe tiene un símil con nuestro desarrollo donde hay un tiempo en que somos puro chantaje “si comes puedes salir a jugar” y luego puro castigo “sino haces las tareas…”, sin embargo, es más valioso y grande educar en la libertad. Asimismo la fe va madurando, pero muchas veces nos quedamos en este proceso y de ahí surgen ideas como que la pandemia es un castigo de Dios, “creer eso es no creer”, enfatizó el sacerdote.
Dios, comentó, está presente en el otro y nos llama a ser activos y trabajar por la humanidad “Dios nos acompaña en la vida”. Dijo que la fe, más que una certeza, es una búsqueda “creer es jugársela, la vida es una pregunta”. Agregó que la fe son intuiciones, corazonadas y que existen momentos en nuestra vida en los que intuimos a Dios. Y es precisamente que, en medio de esta crisis que ha traído dolor e incertidumbre, se puede intentar responder la pregunta ¿dónde está Dios hoy”, ya que Él está presente “en ustedes que están trabajando día a día por continuar conectados con sus estudiantes; en la gente que ha muerto sola, en los médicos y personal de salud, en las personas que limpian nuestras ciudades…”. Porque es precisamente cuando sentimos que perdemos la fuerza, es cuando más nos aferramos a Dios y lo tenemos más cerca. “Dios se hace vivo en la entrega a los demás”.
En contexto de pandemia, se ha hecho más patente el rol del profesor en la clase, que entrega síntesis de conocimientos, pero también cariño y que en este tiempo ha hecho esfuerzos para mantenerse conectado con los alumnos. “El profesor es irremplazable”, sentenció Berríos y haciendo un paralelo con las dudas de Colón durante su viaje a “Las Indias”, que más que inmovilizarlo lo alentaron, señaló que, pese a que experimentan sus propias dudas y conflictos, los profesores están ahí para decir a sus alumnos que es posible la justicia, que podemos hacer un cambio, que vale la pena creer en la humanidad y jugársela por la vida y los valores. “Lo más fascinante de esta vocación es este proceso y capacidad de hacer soñar a los jóvenes, incluso con aquellas cosas que dudamos”, valoró.
Hoy que el colegio se metió dentro de las casas de los profesores, se hizo evidente que su tarea es fundamental y tan valorable como la de los profesionales de la salud que pelean en los hospitales contra la pandemia. “La educación genera cambios y los profesores son su pieza clave. Ustedes tienen en sus manos la formación de los miembros de la sociedad” y agregó, “se les debe respeto, no solo expresado a través de un sueldo justo, sino que también recuperando su lugar en la sociedad”.
En entrevista exclusiva para Belén Educa, Felipe Berríos se refirió a "El rol de los educadores en la pandemia". En un emotivo mensaje reconoce, agradece y anima al equipo de nuestra Fundación "por lo que están haciendo, transformando el país, son héroes", señaló