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Cuatro profesoras cuentan el monitoreo y retroalimentación en pandemia

Martes 07 de Julio de 2020

 

Los profesores de los colegios Belén Educa asumieron con presteza y compromiso los desafíos que impuso la pandemia, uno de ellos, fortalecer el proceso de retroalimentación de los aprendizajes de sus estudiantes para asegurar la adquisición de nuevos conocimientos, competencias y habilidades de manera que el contexto no fuera un impedimento para continuar entregando educación de calidad a cada alumno de nuestros colegios. Y, si bien, la recolección de evidencias y evaluación de lo que los estudiantes saben y son capaces de hacer con el propósito de planear las etapas sucesivas de su formación es una parte central del proceso de enseñanza aprendizaje, hoy,  en un contexto de trabajo remoto, este reto adquiere nuevas complejidades: a través de qué medios entregar contenidos, qué estrategias utilizar, cómo levantar la información sobre los conocimientos adquiridos y cómo retroalimentar permanente y efectivamente a los estudiantes, atendiendo a las diferentes realidades y condiciones en que cada uno de ellos se encuentra viviendo este periodo de pandemia.

Esta experiencia la comparten con nosotros las profesoras Carolina Montecinos, encargada del área de Lenguaje del colegio Cardenal Juan Francisco Fresno; María José González, encargada del área TP del colegio Cardenal José María Caro; la profesora de Matemática del colegio Cardenal Carlos Oviedo Cavada, Ruth Marín y Nicole Collante, encargada de área Historia del colegio Arzobispo Crescente Errázuriz.

  • El proceso de retroalimentación

Sobre el momento y la rapidez con que asumieron que debían enfocarse en el proceso de retroalimentación, las profesoras coinciden. En cuanto se suspendieron las clases presenciales, el nuevo escenario de lecciones remotas evidenció la necesidad de conectarse con sus alumnos para entregar los contenidos; pero, especialmente, poder indicarles sus aciertos y desaciertos, dándoles una clara señal que reforzara los logros y estimulara para mejorar aquellos aspectos más débiles. “Por eso, con el equipo de lenguaje del segundo ciclo creamos cápsulas con la retro de cada actividad, donde les explicamos el procedimiento y pensamiento que se debería aplicar para llegar a la respuesta ejemplar”, contó Carolina Montecinos.

María José González, contó que como área de TP se centraron en “entregar para cada actividad una retroalimentación personalizada y detallada con el propósito de que el estudiante fuese un agente activo del proceso enseñanza aprendizaje” y agregó que aunque esta gestión es propia de toda evaluación, hoy cobra un nuevo sentido, ya que abrió la posibilidad de “cambiar los paradigmas frente a las evaluaciones”, es decir aprender no solo por la calificación, sino que, porque “se quiere aprender”, valoró la encargada. 
La manera de comunicarse con los alumnos de los diferentes cursos es variada. Llamados telefónicos, videollamadas, cápsulas grabadas son algunas de las maneras que las docentes han desarrollado para realizar el proceso de retroalimentación, manteniendo siempre el eje en el contexto que cada estudiante tiene en su casa, desde conexión hasta factores socioemocionales.

La estrategia seguida por el área de Matemática del colegio Oviedo fue relatada por Ruth Marín, quien explicó que, del uso inicial de correos electrónicos para gestionar las actividades, pasaron a una plataforma que permitiera a los alumnos “observar, analizar y procesar los contenidos matemáticos para luego poder ejecutarlos de manera adecuada. Entonces comenzamos a realizar clases a través de aplicaciones tipo videoconferencia, lo que ha permitido  interactuar con los estudiantes, resolver las dudas de los ejercicios que van surgiendo. La matemática es muy visual, por lo tanto, cuando el estudiante ve la realización del ejercicio, le es más fácil entender el contenido y, a través de este método, podemos llevar a cabo el objetivo de la clase realizada”.

Similar evolución fue la del área de Historia del colegio Crescente, quienes del uso del mail para recibir evidencias y retroalimentar, pasaron a “utilizar Classroom, el cual nos permite un mayor orden en los materiales y más herramientas para realizar la retro, ya que cuenta con la opción de crear rúbricas (guías de evaluación), de asignar puntaje, de mandar comentarios privados, dejar comentarios en el documento de la misma tarea, generar formularios, foros escritos, entre otros”, explicó Nicole Collante.

  • Los aprendizajes de retroalimentar a distancia

Sobre cómo se produce la retroalimentación a distancia, pese a los énfasis diferentes, las profesoras coinciden en que, es un trabajo arduo, de mucha dedicación y tiempo, que requiere de otra didáctica, que necesita mucha planificación y elaboración de diferentes materiales y metodologías que permitan que los estudiantes desarrollen la autonomía. Para esta tarea los equipos docentes realizan un trabajo colaborativo, aportan material y comparten estrategias que les permitan, pese a la distancia, acercarse a los estudiantes. Asimismo, reconocieron la importancia del apoyo de las personas que viven con los alumnos, quienes cumplen un rol gravitante: mantener el entusiasmo y motivación de los niños, niñas y jóvenes.

Igualmente importante en este proceso es siempre mantener el tono amable y acogedor, la retroalimentación indica los aspectos a mejorar, pero también felicita los logros, compromiso y esfuerzo. 
En cuanto a las herramientas utilizadas, entre otras, señalaron: las cápsulas, clases online a través de videoconferencias y diversas plataformas como Classroom.

Sobre los aprendizajes que deja este proceso, las opiniones son coincidentes, entre los principales destacan:

  • Trabajo en equipo: alineación de miradas, proceso de escucha y organización de las tareas.
  • Cambio de paradigma para estudiantes y profesores: implica cambio de viejas prácticas docentes y, por otro lado, el trabajo de los estudiantes enfocados a un fin superior a la mera calificación, el aprender.
  • Investigación, adopción e integración de herramientas TIC a las clases.
  • Abandono de la zona de confort: búsqueda de nuevas didácticas y herramientas para promover y motivar el aprendizaje de los estudiantes.
  • Entrega al docente evidencias e información para perfeccionar su práctica:  permite una mejora continua de su labor.
  • Aporta la posibilidad de detenerse en cada estudiante y tarea

El compromiso de los estudiantes

Las visiones respecto a este punto son tan diversas como las realidades familiares y contextos escolares. Carolina Montecinos del colegio Fresno indicó que en el caso del área de Lenguaje “el feedback que dan los estudiantes se nos transmite mediante los profesores jefes y, en general, dicen que los alumnos lo agradecen pues a través de la cápsula pueden clarificar sus dudas y profundizar la comprensión de la tarea”. 

María José González, del colegio Caro señaló que “honestamente ha sido intermitente, tenemos identificados a nuestros estudiantes en diversos grupos, por ejemplo, están los que cumplen, los que están desanimados, los que no tienen conectividad, los que les cuesta comprender y los que definitivamente no quieren hacer nada, pero todas las estrategias de vinculación y acompañamiento han rendido frutos, puesto que son cada vez más estudiantes los que se suman a las clases y cumplen responsablemente con sus actividades”.

Ruth Marín del colegio Oviedo, coincidió con que el proceso ha sido difícil para los estudiantes “han tenido que aprender a usar un correo electrónico, a descargar material de la página web del colegio, usar una aplicación para realizar clases online, observar videos, etc. Tienen que sentarse y estudiar a través de la pantalla de un computador”, pero agregó que a pesar de todo han sido responsables, “se esfuerzan en aprender y entender. Eso ha sido súper gratificante para nosotros los docentes”.

Nicole Collante del colegio Crescente, valoró la responsabilidad y proactividad de los estudiantes “al menos en enseñanza media, entregan sus trabajos y realizan las correcciones que se sugiere en las retro, ya que la idea es que tengan el puntaje máximo en cada actividad” y, aunque reconoce que hay un porcentaje de alumnos que posee menos entregas, quienes no corrigen y quienes no han entregado nada, “si miramos la globalidad, en su mayoría responde.  Además, los estudiantes también han sido partícipes de este proceso. Han sido agentes dentro de las decisiones, principalmente canalizando sus molestias, preocupaciones y sugerencias”. 

  • Retroalimentar más allá de lo académico

Nicole contó que en general las situaciones en este ámbito movilizan, no solo a un área del colegio Crescente, sino que, a más agentes, comenzando por el profesor jefe quien comunica la realidad del estudiante y, dependiendo del contexto, “puede que se aumente la flexibilización en las entregas, que se genere un nuevo plan solo para dicho estudiante y en muchos casos también toma un rol importante el equipo de psicólogas, quienes brindan acompañamiento. Eso es lo básico, luego dependiendo de la situación se analiza si se deben implementar más acciones”. 

En el Caro, se ha realizado un plan de acción a nivel colegio con el apoyo del departamento psicosocial, los cuales han elaborado estrategias de derivación para poder tomar los casos con mayores dificultades de cada curso y atenderlos de manera personalizada, explicó María José. Cuenta que “esto llevó a una nueva estrategia que comenzaremos a utilizar prontamente que consiste en tutorías de parte de los profesores para aquellos estudiantes que lo requieran. Por otro lado, cada profesor jefe, desde un inicio ha sido acompañado por un profesor dupla quien le ha colaborado en atender las necesidades del curso, también se han dejado líderes por nivel que cooperan con la gestión para facilitar a los docentes todo lo necesario según cada caso. Todo esto ha permitido generar vínculos que permitan acompañar a las familias y a nuestros y nuestras estudiantes”, valoró.

Carolina, enfatizó que en el Fresno son “muy conscientes de la realidad de las familias del colegio, por lo mismo tratamos de hacer la retroalimentación lo más cercana posible en cuanto a cómo nos expresamos en los videos y en los procedimientos que se utilizan, asemejando lo más posible a los usados normalmente en clases presenciales”. 

“Cuando estábamos en clases presenciales al momento de entrar al aula podíamos observar quién estaba triste, quién tenía problemas, incluso quién estaba feliz, ahora a través de una pantalla es difícil poder mirar y observar esta situación, pero tan solo el hecho de conectarse darse el tiempo de saludarlos y preguntarles uno por uno como están, comenzar la clase dando un mensaje de motivación a los estudiantes cambia su ánimo y su predisposición para el aprendizaje”, sostuvo Ruth y agregó que es evidente que los estudiantes del colegio Oviedo “también están cansados del encierro, de esta incertidumbre, pero el hecho de que un alumno se conecte a una videoconferencia y vea a su profesor con la misma sonrisa y ánimo de siempre, vea que no es el único conectado sino que está con sus compañeros, comienza la clase y escucha la voz del profesor, el estudiante dice ok! No todo está tan mal sigue mi ritmo de vida, la vida sigue”.





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