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Con esfuerzo y creatividad niños y niñas del colegio Vicuña usan Classroom

Lunes 27 de Julio de 2020

 

Crear tutoriales y trabajar uno a uno para enseñar Classroom, fue parte de la estrategia utilizada por Carolina Rivera para sumar a los papás y mamás del kínder del Arzobispo Manuel Vicuña y conseguir que se transformaran en aliados del proceso de aprendizaje de sus hijos.

Una vez que los padres entendieron su rol, el equipo docente del colegio, pese al desgaste provocado por este proceso de convocatoria y adhesión, aunó esfuerzos lo que le permitió avanzar de la mejor forma para lograr los aprendizajes. Carolina y dos apoderadas nos cuentan cómo superaron dificultades, se atrevieron y comprometieron con el trabajo de niñas y niños y, cómo, de esta manera, no solo potenciaron su aprendizaje, sino que también los ayudaron a mantenerse en contacto y crear vínculos.

  • Etapas del proceso

Carolina relata que este proceso, inicialmente, estuvo marcado por la resistencia de los apoderados al trabajo con esta plataforma. Para superar este ánimo puso sus esfuerzos en crear “tutoriales para diferentes dispositivos: pc, celular, tablet. También, a través de tutoriales les expliqué cómo subir documentos a la plataforma y moverse en ella. Cuando los tutoriales no servían, trabajaba uno a uno, paso a paso y con pantallazos de la plataforma que me ayudaban a ir guiando el ingreso a ella: para descargar la app, para subir tareas, para enviar documentos, para sacar los documentos si se equivocaron, para responderles a los profes, para todo en realidad. Así logré mostrarles lo fácil que era y que nos ayudaría a mantenernos más comunicados y sobre todo nos permitiría avanzar en los aprendizajes priorizados de sus hijas e hijos”. De esta forma, la resistencia se transformó en el gusto y valoración por esta forma de trabajar y apoyar a sus hijos e hijas.

Sin embargo, de esta etapa en la que lograron funcionar a la perfección, a la que ella llamó metafóricamente como de “enamoramiento”, se pasó a una regresión de la adhesión cuando todo el colegio comenzó a utilizar Classroom. “Ya que no era solo una sala, eran dos, en el mejor de los casos, cuatro en algunos, así que fue necesario explicarles cómo entrar y salir de cada sala. Como decía, hay un periodo de enamoramiento, donde solo basta con decirles que hay alguna información importante para que ellos respondan, pero conforme avanzaba la pandemia, el agotamiento era sostenido y la desmotivación pan de cada día”, agregó sobre los avances y tropiezos iniciales.

Por ello, ideó una forma para mantener el interés, complementando el trabajo en Classroom con Padlet, plataforma digital que permite la creación de murales colaborativos y discusiones grupales.

Pero Carolina no creó un padlet meramente académico, sino que uno “entretenido” que mantuviera la motivación, pero siempre teniendo presente los tiempos y posibilidad de acceso a internet de sus alumnos desde algún dispositivo. Con este propósito, sube material que encuentra en Instagram, videos de su gato en TikTok e incluso incorporó un espacio para dos alumnas que habitualmente le enviaban videos sobre huertos en superficies reducidas y otro de cuentos, “me los enviaban a mí para compartir lo que ellas estaban haciendo en casa y pensé, ¿por qué no mostrarlo? ¡Si es tremenda iniciativa! Así que los edité y subí”, contó con entusiasmo.

  • Las principales dificultades

Como en la mayoría de las iniciativas que hemos conocido durante este tiempo, el esfuerzo por mantener a estudiantes conectados y motivados presentó dificultades que se han sobrellevado o que han requerido la adaptación de la propuesta. Entre estas, las principales son:

La brecha digital. Si bien la mayoría de las familias tienen acceso a dispositivos móviles e internet, muchas solo los utilizan en redes sociales, desconociendo todo el provecho que pueden sacar de ellos. Por lo que, sumarlos a este desafío fue complejo.

La situación socioemocional. La cesantía comenzó a afectar a las familias y las condiciones de precariedad se fueron agudizando cuando comenzaron a escasear los alimentos y, en el caso de las familias extranjeras, las condiciones eran peor aún. Se sumó  a que los contagios, y el temor que esto acarrea, llegaron hasta ellas. “El mayor golpe fue perder a un apoderado muy querido, el proceso fue muy duro, para todos'', relató con emoción Carolina.

El proceso de aprendizaje de las familias. Pese a ser una dificultad, para la profesora también fue valorada como uno de los desafíos “más lindos de este duro proceso”. Los padres y madres debieron actualizarse en contenidos y aprender sobre “metodologías de enseñanza”, convirtiéndose en los principales aliados para dar continuidad al aprendizaje de sus niños y niñas. “Pero llegar a eso fue muy difícil, que ellos entendieran el rol que estaban cumpliendo, y que debían cumplir, y que todo lo que estaba ocurriendo no era responsabilidad nuestra como profesores, profesoras y colegio, nos permitió unir fuerzas y avanzar de mejor forma, pero fue muy desgastante como equipo”, explicó Carolina Rivera.

  • Las apoderadas también tienen su valoración de las principales trabas de este proceso:

Para Ana Nogueira, mamá de Francisco Parada, una de las principales dificultades ha sido que los niños no pueden verse e interactuar como lo hacen a diario en la sala de clases. “Se extrañan entre ellos, extrañan a su profesora. Mi hijo Francisco pide estar en contacto con su querida tía Carolina”, contó.

Johana Guevara, mamá de Andrea Noguera coincide sobre este aspecto. Señaló que la cuarentena ha impedido a los niños seguir con las actividades que habitualmente hacían: salir al parque, correr, compartir con sus amigos. Además, relató que como padres “lograr mantener la atención de los niños en las tareas diarias es un tema complejo; por eso contar con el apoyo de tía Carolina y los profesores ha sido un privilegio para así mantener el aprendizaje de los niños”, valoró.

Carolina Rivera comentó que el mayor aprendizaje de este periodo ha sido la escucha atenta y la paciencia, “entender que no siempre podemos con todo y todos, que van a haber casos que van a tener todo en contra y que antes de emitir un juicio debemos sí o sí escuchar las razones y buscar alguna solución. Todo tiene solución, siempre”.

  • La respuesta de los niños

Como todo en un comienzo arrancó lentamente, pero poco a poco se ha logrado un equilibrio en relación a lo que se quiere que aprendan, la forma de llevarlo a cabo y cómo presentar la experiencia. Así, al día de hoy se ha mejorado la respuesta, las familias envían evidencia en videos para cada experiencia de aprendizaje.

Además, mediante la realización de video llamadas, se ha conseguido mantener los vínculos con niños y niñas, lo que ha generado un círculo virtuoso al lograr que las familias se sumen, aprendan y contribuyan a este trabajo en equipo tan necesario para alcanzar los objetivos propuestos.

  • La visión de los padres y madres

Carolina plantea que, luego del camino recorrido, ahora trabajan con gusto en este sistema, de hecho, esperan poder seguir trabajando de la misma forma durante el segundo semestre. Entienden que todo este periodo es complejo y saben que como colegio “hemos hecho todo lo que está en nuestras manos para poder ayudarlos y acompañarlos en este tiempo y, además, saben que los escuchamos y que queremos siempre hacer las cosas mejor, entonces la gran mayoría valora el trabajo que hacemos día a día”, contó.

Esto lo corroboran los testimonios de las apoderadas Ana y Johana. Ana valora que  la tía Carolina realiza buenas clases y siempre está pendiente y preocupada de los niños, sus avances y de crear los espacios para que puedan verse, aunque sea de manera virtual. Johana reconoce el esfuerzo de la tía Carolina, creando clases especiales y de gran ayuda, pues son claras y un aporte para  conectar a los niños con la elaboración diaria de las tareas sin perder el ánimo. “La tía ha sido la base fundamental para el avance en este trabajo que ahora hacemos desde casa”, agradeció.

 





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