“Siempre digo, se van los niños en diciembre y llegan los pájaros y habitan el colegio. Este año los pajaritos aprovecharon, estuvieron casi todo el año, entonces hoy vuelven los dueños originales a habitar la casa y a darle sentido y como que retoma el color. Había una emoción, comentábamos entre los colaboradores, como que fuera nuestro primer día. Todo retoma sentido”, comenta contenta Denisse Césped, directora del colegio Oviedo sobre el retorno a clases que se inició esta semana. El lunes ingresaron sus alumnos de IV medio y hoy lo hacen los de III medio.
Esta semana otras comunidades también han compartido ese sentimiento de plenitud de Denisse. El lunes llegaron los alumnos de IV medio a dar un ensayo presencial de PDT al Undurraga; el martes asistieron 9 de 10 alumnos convocados de IV medio del Sazié, mientras que otros colegios han reforzado las tutorías y apoyos a estudiantes, como los colegios Crescente y Vicuña.
La próxima semana se sumará al ingreso a clases el colegio San Damián.
Este regreso a las aulas se ha dado de manera gradual. Es decir de a pocos niveles, avanzando lentamente para ver el comportamiento de la comunidad e ir aprendiendo de lo que ocurre. Junto con ello se ha cumplido con que sea voluntario, que sean las familias las que deciden la presencialidad y que se cumplan estrictamente las medidas de seguridad, para lo cual los colegios y Casa Central han trabajado arduamente en la preparación del retorno.
En todos los casos, la alta participación de los cursos y alumnos convocados ha sido una constante, así como también la emoción del reencuentro entre pares y con profesores y miembros de la comunidad escolar.
Loreto Lillo explicó que en el colegio Undurraga constituyeron una comisión de retorno, la que desde un inicio coincidió en que “la apertura es algo que le debíamos a los alumnos de IV medio. Que ellos pudieran terminar su proceso como corresponde, vivir cada etapa y al igual que las generaciones anteriores, poder contar con todas las herramientas necesarias para continuar con sus estudios”, comentó y agregó que se trabajó en torno a la seguridad sanitaria, los contenidos académicos, horarios y fechas.
En el caso del colegio Oviedo este proceso comenzó a principios de octubre con conversaciones a las que fueron convocados diferentes miembros de los equipos. Denisse contó que los movió “el derecho de los estudiantes a tener por lo menos unas semanas de rito de pasaje y vivir su IV medio y, como somos ambiciosos, de ahí se sumó la idea de III medio y la formación TP, así que hemos trabajado un mes en esto desde todos los ámbitos”. Lo que siguió a esta definición fue la planificación, desde los horarios hasta aprender protocolos y diseñar sistemas para la entrega segura del material.
En el colegio Sazié la lógica fue la misma, dos comisiones trabajaron para organizar el retorno, la sanitaria y la de IV medio, porque todos anhelaban que los alumnos pudieran volver. “En especial los IV medio, ya que era su último año en el colegio. Todos queríamos que los alumnos pudieran vivir todos los hitos de su último año, que disfrutaran de su colegio y de todas las experiencias propias de su cierre de vida escolar”, contó su directora Loreto Figueroa, quien agregó que, en el caso de su colegio, desde el principio esta fue la conversación, porque “siempre sentimos que iba a llegar un momento para volver”.
Emelina Carrasco, directora del Crescente contó que en el colegio “trabajamos con los padres de los niños que, de manera voluntaria, quisieran retornar. Mantuvimos conversaciones con ellos y mostramos que en todo momento se consideraban las medidas de seguridad”, lo que hoy les permite trabajar con I y II medio contenidos de Lenguaje y Matemáticas, con grupos de estudiantes.
En todos los colegios se entregó soporte desde la comisión administrativo sanitaria; el área de Infraestructura trabajó en la preparación de las instalaciones, cálculo de aforos y en la instalación de la señalética sanitaria elaborada por Comunicaciones y Prevención de Riesgo. Esta última realizó, además, múltiples capacitaciones a colaboradores.
La respuesta de los alumnos ha sido positiva, “95% de los estudiantes querían volver a clases”, cuenta Loreto Lillo, idea que avala Emelina Carrasco al sostener que “llegaron todos los alumnos que fueron citados”, “y vienen contentos”, acotó Denisse Césped también satisfecha por la respuesta. Sentimiento que comparte Loreto Figueroa.
Para asegurar un retorno informado y participativo, los colegios también han trabajado con las familias. Denisse Césped cuenta que si bien a los padres de IV medio les hacía mucho sentido que sus hijos pudieran finalizar su etapa escolar con sus pares y en el colegio, en el caso de los III medio, si bien los alumnos respondieron con entusiasmo, “los papás tenían más susto”.
Loreto Figueroa confirma el entusiasmo de los estudiantes, “la semana pasada se citó a los estudiantes para la entrega de los ensayos de PDT, en todo momento preguntaron si se volvía y entonces les contamos que estábamos diseñando el retorno”, para luego dar espacio a un trabajo de levantamiento y entrega de información con sus profesores jefe.
Todo este trabajo previo valió la pena, las directoras manifestaron su emoción al ver cómo los estudiantes vuelven y cómo los profesores llegan a los colegios para acompañarlos, no sólo para trabajar a nivel de sus aprendizajes, sino que también para brindarles apoyo emocional.