El 16 de marzo se cerraron las aulas en un contexto de pandemia, que no solo trajo preocupaciones sanitarias, sino que también incertidumbre sobre la continuidad de los procesos de aprendizaje y sobre la manera en que podríamos mantenernos conectados. Hoy, a ocho meses de aquel día, alumnos y profesores comienzan a reencontrarse, para reforzar contenidos, practicarlos y, sobre todo, acompañarse como miembros de una comunidad.
En este proceso de retorno, las primeras salas de clases reabiertas en el colegio Oviedo fueron las del Técnico Profesional. Como criterio fundacional las y los estudiantes de IV medio fueron los primeros en retornar para tener la oportunidad de cerrar este ciclo de sus 14 años de trayectoria escolar y para reforzar sus herramientas hacia la continuidad de estudios y/o sus prácticas profesionales.
Los equipos de Enseñanza Media y Técnico Profesional de los colegios realizaron toda la planificación para hacer la priorización curricular. Catalina Venegas, profesora de Gastronomía del colegio Oviedo explicó que el foco de este regreso es que las y los estudiantes puedan vivir el proceso práctico que no puede desarrollarse en las clases remotas.
“Tuvimos que elegir contenidos que fueran únicos para poder aplicarlos, porque esa es nuestra intención de hoy en día, de poder aplicar la práctica. En lo que fue remoto ya vimos lo teórico… ver de manera presencial lo que el estudiante vive, conoce y aprende, hoy día queremos llevarlo a la práctica en talleres, estar con ellos, los grupos son reducidos, los trabajamos en verdad por bloques de horario. La cocina se adaptó para poder estar con cada uno de ellos y entender el proceso que vamos viviendo juntos, entonces ha sido un crecimiento de parte de todos para poder ver y evidenciar el trabajo que hoy día tenemos que poner en práctica más que nada”, comentó Catalina Venegas.
En el caso del colegio Oviedo el primer día de clases en pandemia tuvo una calificación positiva en cuanto a la asistencia de estudiantes así como de la implementación de los protocolos sanitarios a los cuales los estudiantes adhirieron con responsabilidad y compromiso.
Los chiquillos de la especialidad de Telecomunicaciones estaban esperando esta oportunidad para poder reencontrarnos con nuestros laboratorios, con el poder trabajar con los dispositivos a los que ellos no pueden acceder en sus casas y desde el día uno trabajamos y buscamos la forma de poder llegar a ellos de distintas formas y el que ahora ellos puedan ver que haya buena asistencia en este primer día, fue muy gratificante, fue súper esperado y muy bonito”, comentó Vanessa Zúñiga, profesoras de Telecomunicaciones.
Y aunque desde la especialidad de Administración valoraron la capacidad de adaptación a las nuevas plataformas durante el período remoto, igualmente se mostraron contentos por “volver a reencontrarme con los alumnos y poder retomar, enseñar desde la forma presencial para que ellos se enfrenten a una práctica Técnico Profesional y el III medio se prepare para un IV medio”, explicó la profesora Solead Agüero.
Las comunidades anhelaban este retorno para poder realizar los “procesos prácticos que de cierta manera no estaban cubiertos completamente de modo online, por ende tanto los chicos, como apoderados y la comunidad educativa estaba interesada en que los chicos volvieran y volver a enfrentar este tipo de aprendizajes, en el aprender haciendo”, valoró Claudio Contreras, profesor de Gastronomía.
Los docentes coincidieron en que este reencuentro estuvo marcado por las ganas de estar juntos y si bien es imprescindible mantener los cuidados sanitarios “hemos podido transmitir este cariño de forma distinta, amoldándonos a estos nuevos protocolos para que podamos terminar este año bien”, contó Vanessa Zúñiga.
Este mismo ánimo fue el que pudieron observar en sus alumnos. “Nosotros estamos en constante contacto con ellos, entonces sabíamos que estaban entusiasmados con volver, con reencontrarnos, estamos acostumbrados a que ellos vuelvan en su 100% a clases, entonces también ellos querían retomar y nosotros igual, ansiosos de poder encontrarnos”, señaló Soledad Agüero. Idea a la que se suma Claudio Contreras quien pese a reconocer que, aunque muy pocos, hubo alguna deserción principalmente por el tema de conectividad, y esto preocupa y ocupa a los profesores porque cada estudiante es importante, “en general este proceso ha sido bastante bueno, tuvimos buena aceptación de los chicos y de los apoderados”. Catalina Vallejos concuerda, ella nota a los alumnos contentos y agradecidos, “IV medio hoy lo agradece, sabe que sus procesos son diferentes, saben que el tiempo ha pasado veloz y que no han podido estar acá, entonces están contentos de volver, preocupados como todos, sus familias preocupadas, pero contentas en verdad de poder ir cerrando ciclos, que es lo que el colegio hoy está entregando; cerrar ciclos”.
Ser estudiante de IV medio en año de pandemia ya es difícil, si a eso le sumamos que esté cursando una especialidad técnica profesional, el panorama para ese alumno pudo llegar a ser abrumador. “Al principio, para mí, fueron muchas emociones, lo tomé de muy mala manera, pero a medida que iba pasando el tiempo, los profesores, y otros estudiantes me ayudaron mucho. Ellos fueron una parte fundamental, entonces después para mí fue como que ya estaba acostumbrada”, así se refirió Marcia Reinao, alumna de IV medio de la especialidad de Gastronomía del colegio Carlos Oviedo, a las sensaciones que experimentó cuando comenzaron con las clases remotas.
Si bien para todos los estudiantes este ha sido un año especial e inimaginable, para aquellos que se encuentran en proceso de formación técnico profesional fue más intenso aún. Las clases prácticas fueron suplidas con esfuerzo de los colegios que hicieron llegar kits de trabajo a cada uno de ellos y con el ingenio y creatividad de profesores que se volcaron al propósito de conseguir que el proceso de aprendizaje de sus estudiantes no se viera truncado.
Sin embargo, al darse la posibilidad de volver a clases presenciales, que estos alumnos pudieran retomar las actividades en sus talleres y laboratorios se volvió fundamental. Así lo corrobora Patricio Inostroza, alumno de IV medio de la especialidad de Telecomunicaciones, también del colegio Oviedo, los primeros TP en retornar a clases, quien comentó que pese a haberse acostumbrado al ritmo online, le hacía falta regresar a las aulas, principalmente, por las limitaciones que supuso este periodo para sus actividades prácticas ya que “yo no tengo ningún router en mi casa del tipo empresarial o un switch o un computador con las capacidades para practicar o hacer instalaciones del tipo profesional”, por lo que valoró positivamente el retorno.
Pero el poder volver a realizar las actividades académicas y de taller no es lo único que atesoran los estudiantes de este retorno. El reencontrarse con su pares, compañeros y amigos y contar con el apoyo de sus profesores ha sido un factor de contención emocional “estoy súper contenta porque puedo ver a mis compañeros, es algo extraño porque no los puedo abrazar, no los puedo tocar, tengo que guardar mi distancia, pero aun así estoy como feliz de que pueda verlos, de que ellos estén bien. Me gustó mucho haber vuelto”, relató con emoción Marcia.
Tanto Marcia como Patricio coinciden en que cumplir con los protocolos sanitarios puede ser extraño en algunos casos, como al evitar el contacto físico con sus compañeros, pero para ellos no ha sido difícil respetar la normativa.
Tienen asimilado que el uso de la mascarilla es esencial para evitar contagios y señalan que todos los compañeros comparten esta idea y, es más, tienen ganas de cuidarse. “No he visto a nadie sacarse la mascarilla en el recreo o decir “no, si no existe el virus”. Todos sabemos cuál es nuestra responsabilidad para cuidarnos”, dijo Patricio.
De esta manera, los estudiantes retornaron a clases emocionados, alegres y respetuosos de los protocolos que deben cumplir para protegerse de posibles contagios y que, en su colegio, se les ha compartido a través de entrega de información, difusión de protocolos y se les recuerda permanentemente mediante la señalética instalada en los diferentes espacios que les ayudan a cuidarse para cuidar también a su comunidad.