"Las mujeres estamos en la primera línea, siendo profesoras, mamás, cumpliendo cuatro roles en la formación de niños y niñas". Este es parte del mensaje de valoración de las mujeres que entregó la hermana Nelly León, capellana de Gendarmería de la cárcel de San Miguel, en un encuentro virtual con colaboradores de Belén Educa, organizado por Formación.
Antes de comenzar su exposición, la hermana Nelly, agradeció esta invitación y señaló que viene a Belén Educa, con la que ha trabajado colaborativamente y que le ha brindado espacios para compartir visiones, como a una segunda casa. Luego de analizar la crisis profunda que ha experimentado nuestro país desde hace años en lo eclesial, social, sanitario y económico, lo señaló como un tiempo de caos, entendiéndolo como un periodo en el que algo nuevo está sucediendo, “para que algo nuevo suceda algo tiene que morir. ¿A qué debo morir yo para volver a nacer?”, en este punto vinculó el rol de la mujer haciendo un símil con el proceso en el que una madre muere a sí misma por tener a un hijo en sus brazos.
Entrando en materia sobre el rol de la mujer en Chile, destacó que, si bien este país nos ha dado mucho, aún las mujeres son invisibilizadas en distintas esferas y niveles: iglesia, mundo político, social, judicial, empresarial, FF.AA. Pese a ello, “las mujeres estamos en primera línea en los roles fundamentales, así como lo han estado enfermeras y paramédicos en esta crisis sanitaria, también lo estamos en la formación de jóvenes”.
Luego vinculó esta postergación e invisibilización con su experiencia con mujeres privadas de libertad, de las que, sin desconocer que son infractoras de la ley, relevó que en su mayoría han sido vulneradas en sus derechos desde pequeñas y en el entorno que debería haberles dado seguridades y cuidado, reproduciendo con sus castigos círculos de vulnerabilidad y abusos.
Por ello llamó, primero, a que las mujeres se sientan orgullosas, a luchar por su rol y a crear condiciones de igualdad “desde el momento de la Creación Dios nos pensó iguales. Jesús no nos discriminó, nos acogió e incluyó, pero la historia sí”. Luego, se dirigió a los profesores, a quienes pidió “formarnos como iguales, para crecer juntos” y además destacó la importancia de vincularse con las familias, conocerlas, acogerlas y estar pendientes del ambiente de desarrollo de los niños y niñas. “Como lo dice su nombre, Belén es una familia protectora, este es el llamado, a cuidar con extrema dedicación”.
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