A inicios de marzo, los colegios pusieron en marcha los planes de funcionamiento híbrido preparados a fines del 2020. Durante dos o tres semanas, todos los esfuerzos desplegados, permitieron que en 11 de los 12 colegios de Belén Educa (el colegio San Francisco de Asís se mantuvo en modalidad remota dado las mejoras en infraestructura que se realizan), los y las estudiantes pudieran retomar sus clases presenciales.
Cuidadosas medidas sanitarias, rutinas y protocolos para la adaptación a este nuevo contexto, cursos divididos en grupos, profesores tutores, espacios de escucha y cuidado socioemocional para los y las estudiantes, clases remotas y presenciales, salas espejo, entre otras variadas estrategias, son algunas de las acciones que marcaron las primeras semanas del año escolar y que merecen, sin duda, el reconocimiento y gratitud de todos y todas quienes conformamos Belén Educa.
Hoy nos encontramos de regreso en una situación sanitaria compleja que nos recuerda el 2020, y nos instala en una nueva necesidad de adaptación y flexibilidad. Desde lo humano y profesional, estamos cuidándonos, algunos temerosos, otros con la esperanza de que el contexto país mejore. Hay quienes han sufrido pérdidas cercanas vinculadas a la pandemia, la comunidad del colegio Hurtado sufrió la pérdida de Elsa, quien hace 10 años formaba parte importante de la comunidad de docentes, y luego de convivencia escolar del colegio y una semana después el colegio Padre Damián despidió a José, auxiliar del colegio desde hacía 33 años. Han sido días complejos para integrantes de la comunidad Belén, y en el mismo camino compartido, hemos sido testigos del compromiso y trabajo de colaboradores, y de la respuesta de las familias que han confiado en la invitación que se realizó bajo el lema “Volver nos hace bien”.
Si recordamos abril del 2020, ¿cuánto de lo recorrido nos permite observar con mayor claridad la ruta para los desafíos actuales? Los aprendizajes 2020 nos ayudan a identificar con mayor claridad y oportunidad una especie de “pirámide de necesidades” que orienta la toma de decisiones para hacer frente al sistema remoto en el que nos encontramos. Aspectos basales como la urgente gestión de recursos tecnológicos para los y las estudiantes y la mantención de un vínculo constante de motivación y contención con ellos y ellas; medidas para la prevención y motivación, como el seguimiento inmediato y periódico con aquellos niños, niñas y jóvenes que pudieran estar menos conectados con su proceso de aprendizaje, o la planificación y puesta en marcha de experiencias pedagógicas basadas en una toma de decisiones a partir del levantamiento de información diagnóstica, son elementos que han formado parte de los ejes de trabajo de estas últimas semanas tanto en los colegios como en distintas áreas de Casa central.
¿Cómo continuamos? ¡Seguimos conectados! Desafiados en el cuidado del bienestar de estudiantes, familias, colaboradores y colaboradoras; en un trabajo en equipo que promueva mirar contexto, acompañarnos y retroalimentarnos, aprender en red y reconocer desafíos y buenas prácticas especialmente relacionadas con estrategias para la vinculación profesor – estudiante, la participación de estos últimos en las experiencias de aprendizaje remoto y un proceso formativo pedagógico situado, para el logro de los aprendizajes esperados.
Nos seguimos encontrando, por ahora virtualmente en estos desafíos. Saludos a todos y todas, y muchas gracias por el trabajo compartido, con mayor compromiso en estas circunstancias, de construir un país más justo.
Claudia Lara
Directora de asesoras líderes y directora GPI (I).