Fue un año difícil tanto para mí como para cualquier otro estudiante, pero para mí el IV medio significó el fin de una etapa y el comienzo de otra, solo que de una forma bastante única frente a la pandemia.

Me imaginaba terminar este año completamente distinto a lo que fue, me imaginaba con mis compañeros al final de año abrazándonos, rayándonos las poleras, jugando con los profes, nada de eso fue posible. Pero, a pesar de ello, fue un cierre de mi trayectoria escolar bastante emotivo. Lo que hizo este años único y emotivo fue que ustedes profesores, a pesar de las dificultades, siguieron tratando de entregarnos el contenido. Aprendieron a utilizar plataformas como Zoom o Meet que antes no habíamos usado para nuestras clases.

Desde el inicio de la pandemia su respuesta para seguir enseñándonos fue bastante rápida: establecieron plataformas, horarios. Como siempre hay cosas positivas y negativas, al principio hubo algunos problemas de coordinación y, por ejemplo, se toparon horarios de  clases, pero eso no era sino un signo de la dedicación que ustedes pusieron para que los contenidos llegaran a los estudiantes.

Varios de ustedes, superaron nuestra propia percepción sobre sus habilidades tecnológicas. Les costó, pero salió. Este esfuerzo que ustedes realizaron me motivó a seguir trabajando.

Gracias por recordarme que ustedes también son humanos, no solo profesores. Los veía cansados detrás de las cámaras, sinónimo de lo duro que fue este trabajo de preparar sus clases online y de tratar de motivarnos. Todos nos sentimos cansados con esta situación.

Creo que también hubo un esfuerzo de parte de nosotros como estudiantes para tratar de responder a las actividades académicas y sabemos que en los casos de nuestros compañeros que no pudieron hacerlo, esto se debió, principalmente, a problemas técnicos o porque tenían que trabajar.

Los aprendizajes que nos dejaron no solo fueron académicos, también fueron para nosotros un ejemplo de adaptación, como lo hicieron con la tecnología. Nos dejaron claro que son profesores de vocación, las clases online demostraron ese esfuerzo para que el contenido llegara a nosotros.

Si les pudiera dar un diploma de licenciatura crearía uno para ustedes diría “El diploma al que nunca se rinde, al que sigue adelante: para aquellos profesores que a pesar de las dificultades de la situación siguieron tratando de entregar sus contenidos a los alumnos, demostrando su vocación por la carrera que cursaron”.

Sabemos que se viene un año que aún será incierto y siento que uno de los principales desafíos que tendrán los docentes es seguir perfeccionando las clases online y seguir capacitando a los profesores que aún no tienen muy claro el manejo de la plataforma. Tendrán el desafío de seguir haciendo las clases entretenidas y de buscar maneras de seguir motivando a los estudiantes.

A mis compañeros les pido que sigan apoyando a sus profesores con ideas, con aplicaciones. Manténganse en constante comunicación con ellos. Así como los profesores fueron en busca de muchos de nosotros con diferentes programas, uno de ellos “Ponte al día”, con el propósito de llegar a todos los que no podían realizar sus tareas.

Estuve en este colegio de Belén Educa desde Kínder y finalizar esta etapa me genera gran cantidad de sentimientos encontrados. Pasé casi toda mi vida en este colegio. Me llevo una importante lección que es nunca rendirse. Del Sello Belén me llevo la excelencia, frente a cualquier situación, presentar las cosas de la mejor manera posible, dándolo todo de sí mismo. Mis profesores están representados por el Sello Belén, por la resiliencia. A pesar de todo lo que vivimos, ellos siempre siguieron adelante, buscando la manera de ayudarnos.

Quiero agradecer al colegio por todos los años que estuve en él. Agradecer por entregarme todas las herramientas necesarias para poder desarrollarme como persona, a pesar de estar en una situación vulnerable, me entregó todo lo que necesitaba para poder ahora desempeñarme en un futuro en la Educación Superior.