Señor Jesús, estamos terminando un año muy especial,
un año donde ha estado presente la muerte, pero estamos vivos,
un tiempo donde nos ha acompañado la enfermedad, pero estamos sanos,
un año de escasez, pero hemos sido bendecidos por tener pan en nuestra mesa familiar.
Ha sido el año de caída para muchos, pero estamos de pie,
un año donde ha predominado el miedo, pero estamos confiados,
un tiempo de inseguridades de todo tipo, pero estamos seguros.
Hemos llegado al final de un año muy especial, pero estamos de pie.
Y no ha sido por nuestra fuerza, sino solo por la gracia de Dios.
Tenemos el regalo de contar con Jesús que está en cada uno de nosotros, nos sostiene y nos abre caminos.
Porque cuando todo el mundo parece ir a la deriva, nuestras barcas siguen aún navegando y no se han hundido.
Te damos gracias, Señor, porque en este año muy distinto a todos, estamos aquí, firmes, con salud y con la esperanza cierta que seguiremos caminando, unidos como equipo, tomados de tu mano.
Amén.