“Valoramos enormemente el tesón, la perseverancia de nuestros estudiantes por continuar con su proyecto de vida”. Con estas palabras, Pilar Arellano, jefa de Continuidad de Estudios de Fundación Belén Educa destacó el desempeño de los 533 estudiantes que ingresaron a la educación superior, provenientes de 11 colegios de la red, en 2020.

Esto representa una cifra de continuidad de estudios de 57% de los egresados, los que se distribuyeron en 286 que ingresaron a la universidad, 214 a institutos profesionales, 31 a Centros de Formación Técnica y dos a escuelas matrices.

Esta cifra representa una baja de 11% con respecto al año anterior, 2019, lo que se explica, como señaló Pilar, en el denominado triple impacto de: los cambios en la prueba de ingreso a educación superior, el estallido social y la pandemia.

Sin embargo, es importante destacar que un 14% de quienes no ingresaron, lo decidieron porque tomaron un preuniversitario para preparar mejor la prueba de transición. Además, está la situación de los estudiantes extranjeros, que representan un porcentaje importante del alumnado de la red. En muchos de esos casos, aclaró Pilar Arellano, esta interrupción educacional se debió a que “no pudieron resolver su situación migratoria debido al retraso de los procesos a nivel nacional para regularización, lo que los dejó fuera de varios beneficios estudiantiles”.

Además, ese triple impacto no solo lo sufrieron los alumnos. También la comunidad educativa de la Fundación Belén Educa, como todas las del país, se vieron afectadas por las transformaciones sociales y económicas que atravesó todo el año 2020.

Ante este panorama, el área de Continuidad de Estudios puso en marcha un potente plan de acción transversal que, cuidando las particularidades y contextos de cada colegio, buscó profundizar en los cuatro pilares que sustentan el modelo de continuidad de estudios.

Esto son:  articulación con las áreas Académica y Formación, articulación con la familia, potenciar el acceso a la educación superior y realizar seguimiento a los egresados.

Uno de los ejes principales de esta metodología transversal fue focalizar un conjunto de acciones en los Cuartos medios, como fueron: aplicación de una encuesta para detectar las necesidades de los estudiantes y potenciar la ruta de ingreso a la educación superior que tiene Belén Educa.

En ese sentido, Pilar Arellano relevó el papel que realizaron los encargados de continuidad de estudios de los colegios, quienes, apoyados con los profesores jefes, así como los coordinadores de las áreas formativa y académica, realizaron un acompañamiento personalizado a cada alumno y alumna.

Lo anterior se tradujo en asistencia para la inscripción en la Prueba de Transición, completar el Formulario Único de Acreditación Socioeconómica (FUAS), la postulación a becas fundacionales, así como todo lo vinculado con el proceso de postulación a instituciones de educación superior.

 “Yo quiero destacar la capacidad que tuvieron las comunidades educativas, el encargado de continuidad de estudios y, por supuesto, los estudiantes de llevar a cabo este proceso. Primero estaban en una modalidad on line; después en una modalidad híbrida, y realizamos el ciento por ciento las acciones contempladas en el PEF”, destacó la encargada de Continuidad de Estudios.

Un ejemplo de ellos fue la realización de la semana vocacional, donde pese a las dudas que existían sobre hacerla en un contexto virtual, se decidió concretarla con un muy buen resultado: mucha participación y brindando un gran apalancamiento para los estudiantes.

Con todas estas iniciativas, la conclusión de Pilar Arellano es que, pese a las contingencias, el año pasado fue posible para Belén Educa, “generar una cultura de continuidad de estudios, que no solo involucra a los Cuartos medios, sino que se ha hecho extensiva desde pre kínder hasta el último curso”.

En cuanto a los estudiantes, sus palabras fueron de elogio por el esfuerzo desplegado, en circunstancias que muchos de ellos fueron severamente golpeados en su grupo familiar por la crisis económica y el impacto de la pandemia, con escenarios de cesantía o pérdida de un integrante de su grupo inmediato.

“Este contexto adverso exigió a los estudiantes mayor autonomía, mayor autorregulación. Muchas veces en condiciones que no eran óptimas ya que al estudiar desde la casa no contaban con las mejores condiciones para llevar su proceso académico. Por eso, valoramos enormemente a nuestros estudiantes por todas las metas que cumplieron en este contexto que fue tan complejo”, finalizó Pilar.