Al ritmo de la música en vivo de la banda de profesores y profesoras del colegio Crescente, las comunidades de los 11 colegios trabajaron en la creación del proyecto para irradiar la Profunda Humanidad en su comunidad escolar y se les entregó un simbólico árbol frutal.

La tradicional Fiesta en Belén, tiene por objeto reunir a las pastorales juveniles de la red de colegios de nuestra Fundación en un espacio propicio para compartir y reflexionar. Este año se invitó a las y los estudiantes a reflexionar con la siguiente pregunta: “¿Dónde está nuestra profunda humanidad?”, tema que está definido en el núcleo del Perfil de Estudiante. 

“Queremos relevar y trabajar, en todos los ámbitos, cómo esa profunda humanidad la ponemos al servicio del otro, porque cuando servimos a los demás somos profundamente humanos, o sea servir a la comunidad, a nuestro colegio, nuestras y nuestros compañeros tenemos más posibilidades de ser plenamente personas al modo de Jesús”, señala Fernando García, director de Formación y Convivencia, quién abrió la actividad.

Esta fiesta estuvo marcada por la disposición y entusiasmo a participar de toda la comunidad en las diferentes actividades. La energía de las y los jóvenes se sintió en los espacios del colegio Crescente. 

Axel Moncada, del III medio C, expuso a nombre de la pastoral juvenil del colegio Cardenal Carlos Oviedo Cavada, “vamos a trabajar los frutos de la caridad y generosidad, realizaremos una campaña solidaria, para reunir alimentos, para unirnos como comunidad. Para entregarla en un sector vulnerable. Porque somos una comunidad llamada a amar, servir y transformar”, señaló. 

Se expusieron otras iniciativas, como construir un club de tejido en San Damian, en el colegio Vicuña realizarán “actividades para desarrollarse como personas”, mientras que en el colegio Hurtado, se comprometieron, “a hacer aseo para colaborar con el personal que desarrolla esa labor”, como algunos ejemplos. 

De igual manera, los equipos directivos y asesores de las pastorales juveniles se reunieron en la capilla del establecimiento para reflexionar en torno a los temas abordados en la Fiesta, Lizbethe Gumera, encargada formativa de primer ciclo del colegio Lorenzo Sazié, llegó hasta el establecimiento de la comuna de Puente Alto con altas expectativas y “estas se cumplieron”, afirmó. Además, hizo hincapié en lo oportuno que se den “este tipo de conversaciones porque las y los estudiantes a veces señalan que no tienen dones ni habilidades, sobre todo después de la pandemia, sin embargo, al conversar estos temas y tratarlos con un espíritu de conversión surgen las habilidades que todas y todos tenemos para poner a disposición de sí mismo y para la comunidad”, agregó Gumera.

Para cerrar la jornada, Pedro Larraín, director ejecutivo de Belén Educa junto con felicitar a la organización, realizó un llamado a “compartir la felicidad de ser hijos de Dios”.

La actividad culminó con las y los estudiantes bailando y compartiendo, junto a sus docentes y asesores. La actividad también se enmarca en el contexto de la alegría de Pentecostés, “la venida del Espíritu Santo que es la venida del amor de Dios y queremos invitar a los chicos que en un contexto, a veces, violento o de agresión o conflictivos, que no queremos en nuestras comunidades escolares, sean portadores de esperanza, portadores de ese amor que Dios nos regala”, dijo Fernando García, director de Formación y Convivencia.