Con palas, picotas, pinturas y materiales de construcción, más de 80 alumnos de Belén Educa partieron rumbo al Cerro Mariposa en Valparaíso para apoyar a la reconstrucción de la zona afectada por el incendio de abril pasado.
Este grupo, compuesto por los Centros de Alumnos de los 11 colegios ubicados en la Región Metropolitana, demostró su liderazgo y espíritu de servicio. La actividad, organizada por el área de Formación de Belén Educa, buscaba incentivar la sensibilidad de los alumnos frente al dolor humano. “Lo que queríamos recalcar es la experiencia de solidaridad. Esta experiencia deja la convicción de que no es necesario tener bienes materiales para hacerle un bien a los demás. Aquí, lo que más se necesita es compañía y esta se logró, con alegría, y con mucho trabajo”, explicó Mara Figueroa, directora de Formación de la Fundación.
La jornada se llevó a cabo gracias al trabajo en equipo: mientras un grupo trabajaba arreglando una plaza; otros ordenaban el centro de acopio y la biblioteca del cerro; y también, algunos realizaron la misión de visitar las casas de los vecinos del cerro, acompañándolos y escuchándolos en sus respectivos hogares. A las cinco de la tarde, gracias a un arduo trabajo los alumnos disfrutaron de los resultados y de la alegría de los habitantes del Cerro Mariposa.
“Ustedes son un ejemplo para nosotros y para nuestros hijos. Espero, que el día de mañana, mis hijos tengan las mismas ganas y la fuerza de salir a ayudar a los que más necesitan. El incendio dejó, literalmente, todo negro en este cerro, pero ustedes, con su juventud, han traído luz y energía. Estamos muy felices y agradecidos”, les dijo Karina Pérez, dirigente de la comunidad del Cerro Mariposa, a todos los estudiantes presentes.
Para los alumnos, esta oportunidad fue muy positiva. “Este día ha sido único. Ojalá todos mis compañeros pudieran tener una experiencia así. Me sentí tan útil y logramos acompañar a este cerro que ya ha sufrido tanto”, comentó Macarena Jiménez, alumna de Cuarto Medio del colegio Lorenzo Sazié. Mientras que para José Eduardo Bravo, miembro del Centro de Alumnos del colegio Cardenal Caro fue “muy gratificante poder haber estado aquí. No cualquiera viene a esta ciudad a hacer un aporte. Que nos hayan permitido venir y sentirme parte de un grupo de gente que quiere ayudar, me hace muy feliz”.