Entre alumnos, apoderados, docentes y ex alumnos de todos los colegios metropolitanos de la Fundación Belén Educa, fueron 991 las personas que participaron en la caminata anual al Santuario de Santa Teresa de Los Andes, que esta vez tuvo el lema “Vivamos con Teresita la alegría de evangelizar”.
La peregrinación tiene una duración de casi 7 horas y va desde el Fundo Chacabuco hasta la zona de Auco, donde se ubica el santuario. Se realiza todos los años y simboliza la caminata a través de los cerros que realizaba la santa chilena, desde su casa de veraneo hasta el Monasterio de las Carmelitas descalzas, distancia de aproximadamente 27 kilómetros que esta vez recorrieron cerca de 100 mil jóvenes.
El objetivo de la caminata es unirse a toda la Iglesia de Santiago y de Chile en una instancia juvenil de alegría, comunidad y oración, fortaleciendo los lazos de la pastoral juvenil y familiar de Fundación Belén Educa.
“Nuestra fundación marcó presencia, alegría y entusiasmo, que se irradió al resto de los caminantes. Los padres y apoderados estuvieron dispuestos y preparados para colaborar, compartir y generar un espíritu de comunión entre todos los colegios. Fue muy importante el apoyo de alumnos de Enseñanza Básica, quienes animaron a los caminantes en la estación de llegada al santuario, y también la participación de la banda del colegio Fresno, que animó durante todo el día”, dijo Lorena Contreras, encargada de Pastoral fundacional.
Simultáneamente, las familias de los colegios vivieron su Tercer Encuentro de Familia, reuniéndose directamente en el santuario en una jornada de reflexión. Ahí también prepararon la llegada de los peregrinos.
Las palabras de alumnos y apoderados fueron de total agradecimiento por la invitación, ya que les permite unirse más como colegios y como familias. Nelson Vásquez, alumno de Primero Medio del colegio Juan Luis Undurraga, dijo que “fue una muy linda experiencia para compartir con mis amigos y vivir cosas nuevas. Me ha servido para mi reencuentro con Jesús y tener un momento de reflexión”.
“Esta ha sido una experiencia noble y muy buena, porque me tocó vivirla con mis hijos mayores y espero poder disfrutarla algún día con mi hija, que ahora está en Kinder. Recibir a los peregrinos después de una larga caminata fue muy emocionante. Se sintieron felices de que los esperáramos”, comentó un apoderado del colegio Arzobispo Crescente Errázuriz.