En la madrugada del 11 de Diciembre de 2009, en paz y rodeado de su familia, falleció el señor Jorge Cisternas Larenas, fundador de Belén Educa y Presidente de la Constructora Bío Bío.
Jorge Cisternas Larenas nació en Santiago el día de Navidad de 1924. Alumno del Colegio San Ignacio de Alonso Ovalle cultivó una estrecha relación con su director espiritual el P. Alberto Hurtado Cruchaga s.j.
San Alberto fue quien celebró el matrimonio de don Jorge con la señora Paulina Zañartu Figueroa y bautizó a Jorge, el primero de sus trece hijos.
En el campo profesional, don Jorge fue un destacado ingeniero. Egresado de la Universidad de Chile, como profesional y hombre de iglesia cooperó activamente a mejorar las condiciones de vida de las familias que viven en pobreza. A lo largo de sus 50 años de vida laboral levantó 50.000 viviendas sociales, numerosas iglesias y capillas, y hace diez años fundó Belén Educa, su obra más querida después de su familia.
La comunidad de la Fundación Belén Educa hace llegar sus condolencias a su familia. Les acompañamos en el dolor de la pérdida y en la esperanza de la resurrección de un hombre de bien.
Don Jorge será velado en la Parroquia Santa Elena y la misa fúnebre se realizará en esa misma iglesia el sábado 12 de diciembre.
Miles de niños hoy asisten a clases y reciben una educación de calidad y otros centenares de jóvenes hacen su aporte al país no sólo como profesionales o técnicos sino también como seres humanos, que gracias a la formación recibida en los colegios que fundo Jorge Cisternas, hoy tienen un trabajo digno.
“Belén Educa es una de las obras que me han dejado más contento en mi vida. Desde hace muchos años he pesando que la educación es la principal vía para disminuir la desigualdad que existe en la sociedad chilena. Esa ha sido mi motivación para construir colegios (…) Toda mi vida trabajé construyendo viviendas sociales, porque consideraba, y aún lo creo, que todo el mundo debe tener acceso a una vivienda digna (…) pero con eso solucionado, la gente debe tener acceso a educación de calidad (…)”.
En diciembre del 2001, recibió de manos de monseñor Francisco Javier Errázuriz la medalla de la Orden de San Silvestre, la más alta distinción que la Santa Sede entrega a un laico. Un reconocimiento a su permanente preocupación por los más pobres.
Santiago, 11 de Diciembre de 2009