Karoline Mayer podría decir que en 1968 se equivocaron con ella y en lugar de enviarla a India o a China, como quería, vino a parar a Chile. Pero no. Esta misionera alemana cumplirá 72 años en abril y 47 de ellos, más de la mitad de su vida, la ha pasado en Santiago.
"Mi experiencia ha sido un regalo de Dios, me costó muchísimo aceptar que la Congregación del Verbo Divino me mandara a América Latina. Yo había pedido ir a India, pero, no había aprendido el idioma y me costó un año y medio encontrarme en un ambiente que no era la realización de mi sueño profundo. Pero pude llegar a la población, encontrarme con los pobres, poder servirles con todo lo que soy", relató Mayer luego de la charla que ofreció a los alumnos del colegio San Alberto Hurtado, de Pudahuel, y en la que narró su experiencia de vida. "Cuando se comparte, nada falta" y "todos podemos hacer algo por los demás", fueron los dos principales mensajes que oyeron los Cuartos Medios.
La misionera dijo que "esto ha transformado mi vida más allá de lo que me podría imaginar (...) Hacerse discípulo del Maestro Jesús y vivir el discipulado todos los días en la opción por los pobres es la otra vertiente que había brotado en América Latina y que me ha dado una gran plenitud. No sé si lo habría encontrado en la China o en la India".
En 1973, y tras titularse como enfermera de la Universidad de Chile, Mayer dejó la Orden de las Siervas y formó, con la venia del cardenal Raúl Silva Henríquez, la Comunidad de Jesís, que comparte la vida de los pobres. Ha fundado centros de salud, comedores y varias fundaciones que levantaron villas y comunidades. La más grande y reconocida es Cristo Vive, una obra social y educativa centrada en los niños sin hogar.
"Los pobres me tocan el corazón", comentó la misionera, que dicta charlas a niños un par de veces al año. Recuerda ella varias en Santiago y otra en Punta Arenas.
Esta vez, en el San Alberto, la estudiante Claudia Labbé le escribió una carta de agradecimiento en nombre de todos sus compañeros. "Quiero darle las gracias por su visita, es un honor para todo nuestro colegio estar con una persona como usted, ya que nos enriquece su testimonio de vida, muestra la fortaleza y ganas de vivir. Usted es una mujer que ayuda y da paz a nuestra sociedad con una sonrisa para formar un mundo mejor.