Cerca de 220 jóvenes vivieron la alegría del Retiro Espiritual de Cuartos Medios, una de las experiencias que más los marcan durante su vida escolar. El pasado 29 y 30 de abril, se distribuyeron en dos grupos: los estudiantes de los colegios Cardenal Juan Francisco Fresno, San Alberto Hurtado, Liceo Obispo Augusto Salinas, Arzobispo Crescente Errázuriz y Arzobispo Manuel Vicuña, estuvieron en la casa de retiro de Schoenstatt, en La Florida, mientras que los alumnos de los colegios Cardenal José María Caro, Juan Luis Undurraga, Lorenzo Sazié, Cardenal Raúl Silva Henríquez y Cardenal Carlos Oviedo Cavada, en la Casa de ejercicios Loyola, en Padre Hurtado.
Las jornadas de reflexión partieron el miércoles a las 8 de la mañana, cuando los alumnos fueron divididos en comunidades, encabezadas por asesores. Luego vivieron uno de los momentos más emotivos, al presenciar el monólogo de Pedro, figura que inspiró todo el retiro. “La idea era analizar el proyecto de vida, basado en la figura de este seguidor de Cristo. Para esto se trabajaron los elementos de la vida de Pedro como la barca, que simboliza la vida; la red, que es el mundo; la piedra, que es el carácter; la huella, que es la identidad; el gallo, que es la negación; y las llaves, que representan la confianza”, detalló Lorena Contreras, encargada de Pastoral fundacional. Así los jóvenes vivieron momentos y actividades donde realizaron conversaciones, dinámicas y hasta trabajos manuales.
Juan Enrique Guarachi, director ejecutivo de Belén Educa, visitó ambas casas de retiro y compartió sus reflexiones sobre el importante momento que se les viene a los estudiantes con el término de la educación escolar. “Yo estuve en Cuarto Medio hace 40 años. Es un momento especial. Nos damos cuenta que hay gente que quiere ayudarnos y estamos preparando el camino para lo que viene. Se va a acabar el espacio calentito y seguro donde están y van a salir al mundo, van a salir a navegar en su barca”, comentó luego de compartir con los jóvenes junto a Mara Figueroa, directora de Formación de Belén Educa.
Para Jessely Tobar, del colegio Cardenal Caro, el encuentro le sirvió para conocer "direrentes puntos de vista. Jesús le dio la confianza Pedro al darle la llave igual, a pesar de que lo negó tres veces. Con eso pude ver que Jesus ve más allá”. Michelle Castro, del colegio Undurraga, dice que se acercó “más a Jesús y conocí una parte de él que me gustó mucho. Siento que Jesús llegó para mí como otra persona y quiero seguir profundizando más en eso”.
“Pedro es un reflejo de todos nosotros, porque se equivocó. Sin embargo, fue perdonado por Jesús y hubo una reconciliación. Por eso ahora para mí, Jesús es una imagen más cercana, lo veo como un apoyo más”, fue lo que concluyó Ariela Lobo, del colegio Lorenzo Sazié.
Opina Francisca Quinteros, del colegio Cardenal Raúl Silva Henríquez: “Este retiro ha sido importante, porque he conocido realidades que no conocía y también me ha servido para reflexionar sobre la mía, mi forma de pensar y darme cuenta de mis errores. Siento a Jesús mucho más a mi lado, no solo en las malas, sino también en la felicidad que llevo en el corazón ahora”.
Cristian Liempe, del colegio Cardenal Carlos Oviedo Cavada, evalúa que “fue una experiencia linda, compartí con gente distinta y me voy a llevar bonitos conocimientos. Hoy me levanté con una manera distinta de ver las cosas”. Verónica Díaz, del colegio Fresno, valoró las actividades. "Nos ayudan a reflexionar como personas y sobre Dios”, agrega.
Naomí Frías, del colegio Vicuña, comenta que “ha sido bacán. Las experiencias que uno vive aquí, tratar de encontrarse con Jesús... esto es una motivación para seguir adelante y poder encontrarlo". Evelyn Narvaez, del colegio Crescente, toda su vida en Pastoral, explica que "es un retiro súper enriquecedor, porque me puedo conocer y aprender de mí misma, a sacar lo bueno y lo malo. Mi comunidad era Lázaro. Él predicaba y luchaba por lo que decía Dios, eso es algo que uno lo puede llevar a su vida: tengo que luchar por lo que creo y mis sueños”.
Ian Poveda, del Liceo Obispo Augusto Salinas, cuenta que se motivó a participar en el retiro, "porque es una etapa de reflexión que no se vive todos los días”. Lo mismo cree Pedro Arévalo, del colegio San Alberto Hurtado, quien siempre participa en estas instancias y le sirve para "reflexionar sobre la familia y la gente que está con uno. Sirve como un proceso de distracción, para salir de la rutina”.
Las jornadas concluyeron con un simbólico momento, el lavado de los pies que los asesores de las comunidades le realizaron a los jóvenes, en un acto de servicio. Luego vino la eucaristía, con el texto de Pedro “Señor, tú lo sabes todo, tú sabes que te amo”, que simboliza la promesa final que hacen los estudiantes.