Carlos López es profesor titulado de Química y Ciencias Naturales, pero los últimos 24 años trabajó como visitador médico en la industria farmacéutica. “El año pasado hubo un quiebre en mi vida: la pérdida de mi padre. Eso me hizo replantearme muchas cosas y pensé que tenía que darme la oportunidad. Tengo 51 años y quiero realizar este proyecto”, cuenta. El proyecto al que se refiere es su nuevo comenzó esta semana y se llama Fundación Belén Educa.
Carlos es uno de los nuevos maestros 2016. Hará clases en el colegio Cardenal José María Caro, en La Pintana. Como él, alrededor de 100 nuevos docentes que llegaron a Belén Educa tuvieron tres jornadas de Inducción en las que conocieron con detalle la fundación, sus valores, misión, visión y sentido, que se podría resumir en que la educación de calidad puede transformar las vidas de los niños. “Es el lugar donde quiero estar y quiero ser parte de este proyecto”, dice Patricia Arriagada, educadora de párvulos y de pedagogía básica. Ella a partir de este año será profesora del Colegio Padre Damián, de la comuna de La Unión. Patricia y otros tres colegas viajaron desde la Región de los Ríos a Santiago para asistir a la jornada.
Andrés Pérez, director de Continuidad de Estudios Superiores y Técnico Profesional, dio la bienvenida oficial a los tres días que duró la actividad para profesores y encargados de área, y que culmina hoy. La primera jornada se desarrolló con la presentación de todas las áreas de Belén Educa. Pudieron darse a conocer más en detalle la Dirección Académica, la de Comunicaciones, el Área de Formación y el Área de Recursos Humanos y Gestión. También se presentaron las directoras de os 12 colegios y cada una pudo transmitir el significado de ser Belén Educa y realizar una breve reseña de su paso por la fundación.
Karin Soto es terapeuta ocupacional y se acaba de incorporar al colegio Cardenal Raúl Silva Henríquez, de Puente Alto. Para ella es muy relevante que en el modelo de aprendizaje de un niño llegue a estar integrado por la familia, los profesores y profesionales de otras áreas, y que sea un trabajo complementario. “Ese es uno de los motivos por los que estoy acá: yo poder aportar a que estos niños, con necesidades especiales, se puedan integrar la sociedad”, dice.
Carlos López agradece la oportunidad que le da Belén Educa: “Mi expectativa es ser una buena herramienta y un instrumento para la fundación. Si el Señor me puso aquí, es por algo. Soy un convencido de poder desarrollar mis talentos y ponerlos a disposición de los niños y aprender con ellos. Belén me está dando una tremenda oportunidad para crecer y me va a permitir ser feliz”.
En la primera jornada, donde se trabajó con los “7 intransables” de la fundación (son opciones que se toman para trabajar en sectores menos favorecidos). Los maestros también pudieron escribir su compromiso en un lienzo gigante. A pesar de lo intenso de las jornadas, todas estuvieron llenas de energía. Óscar Luna, que se integra como encargado de área de Inglés del colegio San Damián de Molokai, en Cerro Navia, comenta que para él es un desafío importante llegar a este lugar: “Elegí trabajar aquí por el foco que tiene trabajar con niños en situación de vulnerabilidad. Estoy con muchas ganas y ánimo. Esta inducción es bastante energizante, porque nos prepara sobre todo en el Sello Belén y podemos saber lo que se espera de nosotros”.
Las jornadas finales fueron para áreas específicas. El segundo día fue completo para la Dirección Académica y el trabajo en taller con Observación y Feedback, palancas de liderazgo escolar y Análisis de Datos. El último día es completo para el Área de Formación, encargada de, entre otras cosas, definir el Sello Belén y trabajar el liderazgo cristiano de los estudiantes.