“Cometas en el cielo” se llama la novela que le voló la cabeza a Katherine Hidalgo, estudiante de IV Medio del colegio Arzobispo Manuel Vicuña, de La Legua. “Es un libro que cuenta la historia de Afganistán, un niño relata sobre la guerra, de cómo tuvo que huir de su país natal a Estados Unidos para mejorar su vida, dejando atrás sus amigos y pasar por momentos con mucha tristeza”, explica Katherine.
A ella le gusta leer -“estoy acostumbrada a libros juveniles, como la saga “Divergente” o “Crepúsculo”, aclara-, pero insiste en que este libro era distinto a lo que conocía. “Me pareció maravilloso, no esperaba que fuera así”, recalca.
La experiencia pudo vivirla porque “Cometas en el cielo” es uno de los volúmenes que fueron recomendados por las profesoras que organizan los clubes de lectura con que cuenta el colegio. La iniciativa es posible gracias a que las docentes del colegio Vicuña presentaron un proyecto de fomento lector al Fondart, que se adjudicaron en la modalidad Fondo del libro y la lectura que entrega el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes.
“La idea es incentivar la lectura de los alumnos y crear el gusto por leer”, dice la profesora Fabiola Hermosilla, una de las encargadas del programa, que fue financiado por dos años, hasta el 2017.
“Tenemos tres clubes de lectura, cada uno se reúne una vez a la semana”, aclara la profesora. Los libros están divididos por cursos y tema. “Para 7° y 8° son de fantasía, los de I y II Medio de distopía y para II y IV Medio, literatura contemporánea”, detalla.
¿Cómo funciona el club? “Nos inscribimos voluntariamente. Después nos presentan libros, nos dan un tiempo estimado para leerlos y nos juntamos una vez a la semana para decir qué nos pareció”, dice Katherine.
Está proyectado que durante el año cada alumno pueda leer cinco libros de su gusto, algo que puede considerarse todo un logro, tomando en cuenta los bajos resultados en comprensión lectora que arrojó el reciente Simce y el lapidario resultado de la prueba PIAAC, aplicada por la OCDE, que aseguran que 52% de los adultos chilenos no puede comprender leyendo instrucciones elementales.
Al otro extremo del gusto lector se encuentran los estudiantes de los clubes, que se desviven por absorber más libros. Como premio a su esfuerzo, finalizaron el semestre asistiendo a una función del Cirque Du Soleil. “Vivimos el arte en carne propia, fue muy bonito”, concluye Katherine.
La actividad se encuentra en sintonía con el trabajo del Equipo de Lenguaje de la Dirección Académica de la Fundación, que ha comenzado un período de formación en torno al Fomento Lector. “Tenemos a las Madres Tejedoras, que es un club que existe en cinco colegios y Yo te cuento un cuento, otro club también para apoderados en dos colegios”, detalla María José Tapia, encargada de Bibliotecas CRA de la Fundación.
Conocer el exitoso proceso de los clubes formados en el colegio Vicuña puede estimular a otros profesores para crear más instancias similares. Como dato, las postulaciones al Fondart de Lectura cierran el 22 de julio próximo.