Joseph Campos tiene 14 años, va en primero medio y debería estar en su casa de Puente Alto durmiendo, viendo televisión o jugando. Es lunes 18 de julio, son las 8.30 de la mañana y nada de eso está ocurriendo en sus vacaciones de invierno. Joseph cambió el descanso por las salas del Campus Beauchef de la Universidad de Chile. Está en el hall sur de la Facultad de Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas, hay cuatro grados de temperatura y tiene que abrirse paso entre más de cien de jóvenes que van a lo mismo que él. Cuando logra llegar a la mesa que le corresponde, se registra como alumno de “Geometría en dos dimensiones”, uno de los ocho cursos que se imparten en los Talleres de Invierno de la U para estudiantes de educación básica y media.

Abigaíl Fuentealba Droguett, Alexis Leal y Joseph Campos estudian en el colegio Arzobispo Crescente Errázuriz, de Fundación Belén Educa, y estarán en clases hasta el viernes, todos los días y cada mañana. Los tres van en primero medio, tienen 14 años y fueron becados para estar una semana en la escuela invernal de la Chile. Abigaíl y Alexis postularon al curso llamado “Dieta, nutrición, genómica y prevención de enfermedades crónicas de origen”, mientras que Joseph se quedó con la matemática, que es lo que le encanta. “Tengo promedio seis y quiero estudiar Arquitectura. Tengo primos arquitectos que me han motivado a investigar”, cuenta Joseph mientras observa los salones con asombro, como si estuviera en un planetario. “Es emocionante estar en una universidad a los 14 años. Me gusta todo, además, porque es una meta llegar a la Chile. Prefiero estar acá que en la casa de vacaciones. Allá sería una rutina. En cambio, esta oportunidad es única”, dice.

​Abigaíl Fuentealba ya está pensando en la continuidad de estudios y tiene dos opciones de carreras: “Algo relacionado con salud o algo con matemática”. Por eso eligió el grupo de nutrición y sabe que van a aprender sobre la mala alimentación y sobre males como bulimia, diabetes o anorexia. Su papá, Iván Fuentealba, aprovechó de llevarla a los talleres, porque trabaja en una empresa constructora que justamente está en obras en ese campus universitario. “Esto es maravilloso, es una buena iniciativa del colegio orientar a los muchachos a que se preocupen desde ya y se interesen en la educación superior. Es valioso que puedan destinar un tiempo de sus vacaciones en estar acá. Yo llegué a quinto medio en el Liceo Industrial y nunca nos orientaron. Solo nos dieron herramientas para salir directo al campo laboral y vivir de eso. Si hubiese tenido la orientación, habría estudiado ingeniería eléctrica”, asegura Iván.

Alexis Leal cuenta que lo invitaron a los Talleres de Invierno por sus notas. Tiene Química, Biología, Física e Historia sobre seis y él recalca que Química le encanta. “Me llama mucho la atención y esta es una experiencia para el futuro, me va a servir para el currículum. A mis compañeros les digo que se motiven, que esto les va a servir de apoyo cuando grandes si no saben qué hacer. También quiero que sea un ejemplo para mis hermanos menores", explica el joven.

A la apertura de los cursos llegaron jóvenes de Arica a Coyhaique. “Conózcanse, armen redes, aprendan y disfruten", fue la invitación de los profesores que los recibieron. Andrea Espinoza, jefa administrativa del colegio Crescente Errázuriz, contó que es primera vez que el establecimiento participa en estos cursos y envía a tres becados. "La idea nació de la profesora de Ciencias, Massiel Gutiérrez. La intención es que estos cursos sean permanentes, en invierno y verano. Que los chiquillos quieran invertir sus vacaciones en esto es valioso. No solamente están visualizando la universidad, sino que les están dando además un ejemplo a sus compañeros. Después ellos van a derramar entre los demás todo lo que aprendan”, comenta Espinoza.