Al mediodía los auxiliares y asistentes partieron al recinto de reflexión ubicado en La Pintana. Mientras ellos trabajaban distintos temas orientados a sus emociones, en el colegio se disponía de un operativo para suplir sus tareas. “Los distintos equipos toman ese día las funciones de los asistentes. Nosotros suplimos sus tareas de esa hora, que tienen que ver con asistencia en el almuerzo e inspectoría”, explica Paola Rodríguez, encargada de formación del segundo ciclo del colegio. Durante la primera parte del día asumió el equipo de PIE (Programa de Integración Escolar) la carga laboral de los auxiliares, mientras las clases continuaron con normalidad. 

Después de las 15:45 horas, cuando los alumnos salieron, cada docente tenía la responsabilidad de hacer su sala y a los encargados de área, coordinadores y profesores de asignaturas les encomendaron las tareas extra, como limpieza del patio, pasillos y baños de profesores. “Este año, en forma particular, hubo apoderados que se encargaron de limpiar los baños de los niños”, agrega Paola. 

A las cinco y media de la tarde los festejados retornaron al San Alberto Hurtado, donde los profesores y directivos los recibieron con una bienvenida. Luego se realizó una emotiva ceremonia de distinción. “Se entregaron premios a un docente por ciclo, a un asistente de la educación y a un auxiliar de aseo como el funcionario solidario, elegido por sus propios compañeros”, dice Paola.