“Happy” sonó fuerte y contagiosa en la capilla del colegio Juan Luis Undurraga, pero no era el registro envasado de Pharrel Williams, sino que una versión orquestada. Esa fue una de las sorpresas que tenía preparada Sonidos de Luz, perteneciente a la Escuela Santa Lucía, de La Cisterna. La agrupación, conformada por niños ciegos y con dificultades visuales, se ganó el corazón de todos los asistentes al Primer Encuentro de Orquestas Inclusivas, realizado en el colegio Juan Luis Undurraga, en Quilicura.
En la actividad también se presentó la orquesta inclusiva del colegio anfitrión, de Fundación Belén Educa, con dos músicos del colegio Cardenal Oviedo. Pamela Videla, coordinadora de ciclo del colegio Undurraga, explica que la finalidad del evento es “dar inicio al mes de la inclusión, que desde este año instauramos en noviembre”.
Los jóvenes artistas compartieron desde el inicio. Cada integrante de la orquesta del Undurraga fue a buscar al bus a un niño del colegio visitante y los acompañaron hasta la capilla, actuando como su tutor mientras los visitantes estuvieron en el establecimiento. Cada orquesta interpretó dos temas y después se unieron para una versión de la emblemática canción “Todos juntos”, de Los Jaivas, que los asistentes aplaudieron de pie. Como artistas profesionales que varios de ellos quieren ser, ante el pedido de un bis por parte de la concurrencia, los estudiaron improvisaron “Casamiento de negros”, de Violeta Parra. “Les agradezco de corazón haber aceptado la invitación a este encuentro musical”, dijo Pamela Wong, directora del colegio Undurraga. “Estamos celebrando la educación inclusiva y como establecimiento católico nuestra misión es educar y evangelizar. Que seamos reconocidos por la ternura y el amor que entregamos y por el amor que también nos tenemos a nosotros”, agregó.
Una integrante especial de la orquesta del Undurraga es Sofía Pincheira, presidenta del Centro de Alumnos, quien no tiene brazos y toca teclado con los pies. Compartir la presentación le pareció un momento increíble. “Ver a personas no videntes tocando fue una experiencia súper bonita, tocan muy genial”, dijo. Al otro lado del escenario estaba Arturo Moraga, quien está en la orquesta Sonidos de Luz desde que se creó, en el 2004. Sus instrumentos son corno francés y teclado sintetizador. “Toco ambos instrumentos simultáneamente, de hecho hay conciertos en que tengo que tocarlos en cada canción”, relató el joven, quien padece de amaurosis congénita de Leber, una enfermedad de la retina.
“Tengo oído absoluto, me puedo mover por la música, pero algunas veces me tienen que decir las notas y los acordes, por el tema de las teclas”, comentó Arturo. Sobre el encuentro, opinó que sería muy bueno un intercambio de experiencias con los alumnos de Fundación Belén Educa. “Nosotros necesitamos relacionarnos con otras orquestas, con más músicos, porque a eso nos dedicamos y necesitamos aprender de ellos”, recalcó Arturo, quien tocó junto a su agrupación ante más de cinco mil personas en el Movistar Arena, en un encuentro de Fundación de Orquestas Infantiles y Juveniles de Chile (Foji), donde participaron también cinco colegios Belén Educa.
Alexandra Ulloa llegó este año al colegio Undurraga y es la encargada del guitarrón en las piezas “Chiloé” y “Piratas del Caribe”, las dos obras que mostró la orquesta. “Me gustó la experiencia, porque nunca había trabajado con personas discapacitadas. Me impresionó ver que eran demasiado buenos. Sin leer una partitura podían hacer las cosas. Me impresionó también que se guían por una guitarra, que tengan esa audición tan buena, que muy poco de nosotros tenemos”, expuso la alumna, quien cree que sería positivo continuar con encuentros de este tipo, para intercambiar ideas.
-¿Han hecho alguna vez el ejercicio de tocar con los ojos cerrados?
-No, sería bueno, aunque nos costaría a todos mucho.
Bernabé Catalán, alumno de séptimo básico, pasó por la trompeta, la flauta traversa y la batería antes de llegar al clarinete en la orquesta Sonidos de Luz. “Tengo ceguera total, pero puedo percibir luces y sombras. Pero eso no me ha impedido nada, para mí ha sido fácil. Tengo oído absoluto y a lo mejor el próximo año voy a dar una prueba al Conservatorio de la Universidad de Chile”, contó el estudiante, que también toca batería en un grupo juvenil.
Cristóbal Rojas, director de la orquesta Sonidos de Luz, reconoció que era la primera vez que sus músicos llegaban a la comuna de Quilicura. “Me gustó mucho lo que se generó, el público muy respetuoso escuchando. Bien inclusivo en ambas orquestas y felices de que nos hayan invitado”, comentó. Los jóvenes de la Escuela Santa Lucía ensayan todos los sábados y lo que mostraron en el Undurraga es parte de un concierto que realizarán en diciembre en el auditorio Telefónica. Tienen su agenda copada hasta fin de año, pero el director no descarta que a inicios de 2017 la orquesta de un colegio de Belén Educa los visite.
-¿Cuál es la diferencia a nivel de instrumento entre una persona que puede ver y otra que no?
-La mayor diferencia es la partitura. Está el sistema Braille, pero es poco práctico, porque ocupan la mano para tocar o para leer el Braille. No podemos ocupar guías como partitura, pero el punto a favor es que los chiquillos tienen un oído súper desarrollado. Han aprendido a recrear todo su entorno desde chicos en base al oído, tienen un manejo de la frecuencia y los sonidos muy grande; también el tacto, que se ocupa para hacer los crescendo, los fortes, para darle interpretación a la música, lo tienen muy desarrollado.
Jocelyn Oteíza, terapeuta ocupacional del Undurraga, fue la organizadora del encuentro. Invitó a tres niños por curso para que asistieran a la presentación, más seis profesores por ciclo y todo el equipo de integración y directivo. “Había como 126 niños. Hubo mucho respeto, teníamos miedo de invitar a los más chiquititos, de que se fueran a aburrir, pero fueron los que más disfrutaron”, destacó.
Su evaluación final fue positiva: “Resultó todo muy bonito. La verdad, desde el primer día que planteamos el desafío a Cristóbal, aceptó de inmediato. Fue muy emocionante que tocaran juntos, todo el trabajo que hicimos valió la pena”.